LA INTEGRACION POLITICA DE AMERICA LATINA VIGENCIA DEL PENSAMIENTO BOLIVARIANO (CASO URUGUAY, BRASIL, ARGENTINA, POLO CARIBEÑO)
Enviado por juan20142014 • 30 de Octubre de 2013 • 3.888 Palabras (16 Páginas) • 4.044 Visitas
Para entender la vigencia, permanencia en el tiempo histórico y contemporaneidad del concepto político bolivariano de Anfictionía, tanto en su propuesta de 1826 donde llegara a materializarse con el Congreso Anfictiónico de Panamá y sus acuerdos y resoluciones, como la propuesta del Encuentro Venezolano por la Unidad Soberanía de Nuestros Pueblos de ver en ella más que un concepto, una estrategia latinoamericana para la «transformación liberadora de los pueblos latinoamericanos y caribeños», es preciso ir al pensamiento de Bolívar, sus concepciones, esa utopía cargada de posibilidades objetivas.
La utopía bolivariana, fundamentada en un cabal conocimiento de la situación americana, lo lleva a establecer en su diagnóstico de los sucesos de la realidad venezolana de 1811, que se impone un cambio drástico, radical, estructural, revolucionario de las formas de dominación política y social a través de la independencia total de España. Posteriormente el magistral análisis sociológico, de clases, político que hacen en su famosa Carta de Jamaica que ya no sólo plantea la abolición de las condiciones de dominación colonial, el surgimiento de un nuevo tipo humano, un Hombre Nuevo, idóneo para la construcción de un nuevo mundo; sino que formula las ideas iniciales de la anfictionía. Es decir, esa dimensión crítico utópica dirigida a grandes y profundos cambios políticos, económicos y sociales en un continente dominado y colonizado por un poderoso imperio, no podríamos entenderla sin la confrontación diálogo, debate, interrelación, retroalimentación, diapasón con el pueblo al que dirigirá y conducirá a las más épicas victorias; y en el deberá apoyarse para lograr las victorias obtenidas.
El extraordinario pensador socialista peruano, José Carlos Mariátegui, señala que:
«Las muchedumbres se emocionan. y se apasionan ante aquella doctrina que no es sino la revelación de una nueva realidad en marcha. de una nueva realidad en camino. Un ideal caprichoso, una utopía imposible por bellos que sean, no conmueven nunca a las muchedumbres». (1)
Entonces Bolívar, el utopista, igual a los otros grandes majaderos de la historia, fue un intérprete cabal, fiel de un enorme sentimiento colectivo, de un soterrado sueño de su pueblo americano, madurado durante trescientos años de brutal dominación colonial y al que se debía sacar del inconsciente a la conciencia colectiva para que la noción de Patria pudiera materializarse, se transformara en conciencia para sí como nación.
Hay romanticismo, ¿quién lo duda?, pero simultáneamente hay una aguda intuición. « ¿Hacia la utopía? Es el pueblo que inventa la discusión; que inventa la crítica. Mira al pasado y crea la historia; mira al futuro y crea las utopías». (2)
«Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo», (3) dirá en uno de sus más trascendentales sueños por el que lucharía casi 20 años.
El hombre de las Dificultades, venido de una atroz derrota, con la pérdida de la Primera República, ha reflexionado en Cartagena y en Jamaica y sacado sus conclusiones esenciales sobre la estrategia grancolombiana y le ha dicho a su interlocutor, Henry Cullen, en su conocida carta, otro juicio utópico sobre el hecho histórico: «Lo presente ya pasó, lo futuro es la propiedad del hombre, pues éste siempre vive lanzado en la región de las ilusiones, de los apetitos y de los deseos». (4)
El Congreso Anfictiónico de Panamá Sabotajes Norteamericanos para su realización. Agresiones Yanquis contra El Libertador
Diez años después de la primera formulación de unidad americana, de esbozar el concepto de anfictionía y unidad política americana ya para ese momento política de Estado con la liberación e independencia de Venezuela y Colombia el pulpo norteamericano arremetería contra Bolívar para intentar no sólo desprestigiarlo en lo personal, socavar su autoridad, buscando así abortar el proyecto Anfictiónico en marcha y que se concretaría tres años después, en 1826. Evitar su concreción y los acuerdos y resoluciones que emanarían del Congreso, cuyo primer ensayo concreto era la Gran Colombia (fusión de Venezuela, Colombia, Panamá, Ecuador, Perú y Bolivia en una sola nación) y la materialización de la utopía bolivariana: «Yo deseo más que otro alguno ver formar en América la más grande nación del mundo»... (3)
Ya la existencia de la Gran Colombia era una terrible dificultad para el desarrollo del expansionismo norteamericano, el control y monopolio del comercio, la imposición de un mercado único; por ello era preciso no sólo evitar la realización exitosa del Congreso Anfictiónico de Panamá; había que intrigar, soliviantar y agudizar las con¬tradicciones entre las naciones de esa Gran Colombia buscando su disolución.
Pero habían, además, otras razones que chocaban con los intereses norteamericanos en el proyecto bolivariano. El 15% de la población norteamericana de entonces era esclava, es decir, cerca de dos millones de esclavos negros. Bolívar había planteado, y así lo recogía la Constitución de Bolivia, la abolición definitiva de la esclavitud, y la norteamericana era una nación altamente esclavista. «Todos los delegados al Congreso tendrán instrucciones de condenar la esclavitud y el tráfico de esclavos, como en efecto lo acordaron». (5)
Otra razón poderosa de los yanquis para oponerse a la realización del Congreso de Panamá, era su enorme temor de la consolidación de una alianza político militar entre la Gran Colombia y México para ir en pos de la liberación de Cuba y Puerto Rico de la dominación colonial española, naciones estas en la mira de la terrofagia expansionista del incipiente imperialismo norteamericano. Uno de los objetivos del Congreso de Panamá era, precisamen¬te, trabajar política y militante en pos de la independencia de Cuba y Puerto Rico. A los proyectos de acuerdos colombo mexicanos de 1825 para ir a liberar militante a Cuba, la diplomacia norteamericana intrigó en la persona de Joel Roberts Poinsett, Ministro de los Estados Unidos ante el gobierno de México, para evitar esa posibilidad. La intriga, el maquiavelismo más pérfido era utilizado por el agente yanqui que incitaba a los mexicanos contra los gran colombianos y viceversa.
El dirigente norteamericano Tomás Jeterson le envía al presidente Monroe una carta donde expresa abiertamente su pensamiento anexionista en tomo a Cuba. «Confieso francamente que he sido siempre de opinión que Cuba seria la adición más interesante que podría hacerse a nuestros sistemas de Estados». (6)
Ya el 27 de mayo de 1823, tres años antes del Congreso de Panamá, el Departamento de Estado yanqui impartió instrucciones al Ministro norteamericano en Bogotá, Richard C. Anderson, para
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