LA POLÍTICA COMO POLÍTICA PÚBLICA: una mirada desde la acción pública

LA POLÍTICA COMO POLÍTICA PÚBLICA: una mirada desde la acción pública[1]

Autor: Dr. Freddy Mariñez Navarro[2]

Las Decisiones Públicas En El Estado-centrismo

La visión de la acción del gobierno es precisamente la característica de un país centrista. Esto implica que el estado siempre se ha caracterizado por el ejercicio de un control autoritario sobre la burocracia y la movilización de recursos y apoyos. Este control y estos recursos y apoyos se expresan a través de normativas, en las que las organizaciones estatales marcan y restringen las actividades de actores que parecen ser los únicos defensores del orden público y la normativa social. Georges Burdeau afirma que “el Estado es asiento de un poder cuyos gobiernos son los agentes en ejercicio. Es ahí justamente donde reposa la legitimación de la dominación o del poder autoritario del mandamiento constitucional o legal. Es basada sobre esta característica que Max Weber explica que “el tipo más puro de dominación legal es aquel que se ejerce por medio de un cuadro administrativo burocrático”.

Cabe señalar que los efectos de los insumos en las elecciones y ocupaciones gubernamentales es un componente fundamental en este criterio de sistema debido a que “saber quién controla a quién en los múltiples procesos de toma de elecciones, seguirá siendo una inquietud esencial, pues la pauta de las interrelaciones de poder ayuda a decidir la índole de los productos”, que se reflejan en reglamentos, políticas públicas y leyes.

Es la forma en que el sistema encara a las tensiones del sistema por medio de la retroalimentación. Se estricta entonces que la acción del sistema tiene personas que acostumbran dialogar en nombre de él y estas son las autoridades que toman elecciones para saciar solicitudes o producir las condiciones que la cubran. Vemos de esta forma que el concepto público se concentra en la relación e interrelaciones en el sistema político por lo cual tiene relación con los políticos y administradores que toman las elecciones y de quienes se desea tener la estabilidad de su capacidad administrativa.

Las transformaciones del Estado y de la acción gubernamental

Por esto, “sería imposible en una sociedad ingreso a la información, si no se identifican al interior de los marcos institucionales, las responsabilidades de los intereses de los diferentes actores (redes) y los sistemas de deliberación como un intento cada vez más serio por ir más allá de los parámetros de la democracia como modelo de orientación de los sistemas complejos”.

Las novedosas condiciones de la competencia, la flexibilización e informatización del trabajo, los precios extras de la burocracia y la exigencia de una producción más diversificada, podrían y permanecen conjugándose para entablar un papel de los actores no gubernamentales en el interior de las elecciones públicas. Este factor puede describir el por qué en las empresas modernas las políticas públicas actual ponen el acento en el fortalecimiento del capital social y el capital informacional.

La explicación de los cambios nos los presenta Jan Kooiman (2004), cuando afirma que para entender lo que está sucediendo en la gobernanza social moderna, en particular en la frontera entre lo social y lo político, se debe afrontar directamente los asuntos en toda su diversidad, complejidad y dinamismo. En consecuencia, podemos señalar que un gobierno democrático tradicional con una administración pública jerárquica se encuentra hoy con obstáculos para enfrentar contextos complejos, inciertos y dinámicos. Lo que está en el debate, entonces, dice Helmut Willke (1993), en vista de la problemática y riesgo observables en las sociedades modernas es no menos la pregunta por el orden de estas sociedades, esto es, la pregunta por la arquitectura de su complejidad.

En esta misma dirección, B. Guy Peters (2003), expone que el modelo tradicional de gobierno de la sociedad comenzó a recibir ataques, tanto en el ámbito práctico como en el académico, cuestionándose que fuera un medio apropiado para conducir efectivamente la economía y la sociedad. En consecuencia, tres han sido las respuestas más frecuentes: una, enfatizar el uso de los actores societales y, especialmente, utilizar las redes de actores que rodean casi todas las áreas de políticas para su formación y administración; dos, alterar las formas en que se implementan las políticas públicas involucrando a la sociedad civil y aún a las organizaciones con fines de lucro en el suministro de los servicios; y tres, enfatizar en la eficiencia por sobre la participación con la creación de agencias y otro tipo de organizaciones autónomas o semiautónomas, cada una de las cuales es responsable de suministrar un sólo servicio.

En esta magnitud, la finalidad de la gestión pública y de la política pública, en esta era, podría fundamentarse en redes de actores como soporte de la gobernanza. Ya hemos explicado el porqué de una totalmente nueva lectura gubernamental, así como de la gestión pública y de la política pública.

La exploración de la acción pública aporta un marco estimulante para el análisis de las maneras de regulación política de las comunidades modernas y representa una actualizada teoría gubernamental debido a que anuncia el fin de una lógica estandarizada de la acción del gobierno. Hablamos de entender cómo se articulan e interpretan la naturaleza de los inconvenientes que producen la acción a partir del punto de vista de los actores

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