LA UNIÓN DE LOS MORELENSES FRENTE A LOS FENÓMENOS NATURALES GRAVES

LA UNIÓN DE LOS MORELENSES FRENTE A LOS FENÓMENOS NATURALES GRAVES.

¡Buenos días autoridades, profesores, compañeros y público en general! Me permito presentarme ante ustedes. Mi nombre es Gael Sebastián Gómez Mancilla, soy alumno de 6° Grado de la escuela primaria Dr. Lauro Ortega Martínez, de la zona escolar 58, sector 7, del municipio de Jiutepec Morelos, este día les hablaré acerca de la unión de los Morelenses frente a los fenómenos naturales graves.

Desde pequeño escuche hablar sobre los desastres naturales, la palabra desastre me causaba miedo, angustia y mucho temor, pues en mi corta vida sabía que esa no era una palabra que significara tranquilidad o felicidad, solo me sonaba a cosas malas, catástrofes, como inundaciones, huracanes, temblores, matanzas y otras más de las cuales solo me enteraba por los noticieros que miraban mis papás, pensaba que algo de eso en mi vida experimentaría, y en caso de vivirla ellos estarían conmigo para protegerme ¡Que equivocado estaba!.

El día por fin llegó, Fue el martes 19 de septiembre del 2017, el cual había comenzado como otro cualquiera. Me levanté desde temprano para arreglarme como de costumbre para la escuela, mi papá se despidió de mí y de mi hermano en la puerta, entramos y todo con normalidad. Al empezar el profesor nos contó un poco de lo que había pasado hace 32 años, él, no lo presencio en ese tiempo, pero nos platicó historias de personas que si lo vivieron, terminó su charla sobre el tema diciéndonos que los simulacros no eran cuestión de juego, que eran una forma de ensayar la manera de salir rápidamente del salón en una situación similar, mis compañeros y yo no le tomamos tanta importancia, ya que un día antes lo habíamos realizado y para nosotros solo era un momento de relajación, de desestrezarnos, pensábamos que era una pérdida de tiempo más y que equivocados estábamos. El reloj siguió, clase de Español, Matemáticas, Geografía y Educación Física, esta ultima la más deseada por todos, terminó a la 1 con 10 minutos, poco antes que la naturaleza llegara a darnos una lección. Entramos al salón, el profesor nos dijo que siguiéramos con nuestro trabajo pendiente mientras alistaba el material para la siguiente clase, todos escogimos un lugar para realizar nuestras labores, algunos sentados en las butacas, otros acostados de panza en el suelo y otros más parados junto a la puerta, de pronto, una vibración sentimos en el suelo, todos nos miramos, nuestro maestro corrió hacia un lado de la puerta y nos dijo muy nervioso ¡vámonos! ¡Está temblando! Todos nos salimos lo más rápido que pudimos, alcance, a voltear a ver a mi alrededor y solo miraba a mi maestro apurándonos para que el también pudiera salir, los trabajos en las repisas, los libros en las butacas, las cosas del escritorio estaban por caer al suelo, el barandal del pasillo se salía de su lugar, hacia un ruido de miedo que nadie podía controlar, en cuestión de segundos estábamos reunidos en un área segura, agachados y cubriéndonos la nuca,  mire a mis compañeros y ni el más rudo pudo mantener la calma, todos estaban llorando, esperando que llegaran sus papás, ¡Mi hermano! Corrí a buscarlo para abrazarlo, mi instinto protector me decía que ahora yo tenía que tener el lugar de mis papás, de cuidarlo y hacer que él se sintiera seguro. A los pocos minutos llegaron todos los papás por mis compañeros, pero los míos no llegaron, mi pequeño hermano me preguntó muy asustado, ¿estarán bien mamá y papá? Yo le contesté que así sería, que se acordara que ellos siempre tardaban en llegar, fueron los 20 minutos más largos de mi vida cuando de pronto, vi a mi mamá cruzar la puerta, corrí a abrazarla y volví a ser niño otra vez, no aguante más y llore como en un principio quise hacer, nos llevó a la casa y a pesar de la ausencia de energía eléctrica me sentía seguro en ese lugar.

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