LA UTOPÍA DE HUMANIZAR LA PEDAGOGÍA

El propósito de este ensayo no es el de acentuar que la sociedad de hoy en día demanda mejores profesionales, mejores funcionarios, mejores gobernantes mejores padres, mejores hijos, en fin, eso resalta por sí solo y a simple vista el mundo lo reclama a gritos; lo paradójico del asunto es que para realizar lo antes mencionado se requiere mejorar el sistema educativo, perdón que mejorar revolucionar el sistema educativo y allí está el me hoyo del asunto y justo aquí en este punto me surge el primer interrogante ¿Cómo se le da un vuelco a un sistema que está estructurado para producir los resultados que hoy tenemos y que está al servicio de un modelo de Estado que propiamente no es el más humano?

No con esto quiero decir que habitamos en un Estado Deshumano, inhumano, sino mas bien que por hábito, legado o que se yo? Nos ensañaron, nos enseñamos y lo peor de todo es que seguimos enseñando a las generaciones venideras a convivir con la desigualdad, la injusticia, la inconsciencia, la envidia, la pereza, la intolerancia, el irrespeto y todos los demás antivalores éticos y morales que se les ocurra; que de una manera u otra nos ha permeado y encajado en una dependencia esclavizante ha de pensar, actuar y obrar como decimos coloquialmente primero yo, segundo yo, y tercero yo, o mejor dicho de otra manera lo particular prima por encima de lo público.

Ahora bien estoy identificando y puntualizando que hay un sistema por cambiar, y para cambiar dicho sistema hay que modificar, mejorar o reestructurar los elementos que lo componen (en esencia somos nosotros los Seres Humanos), y es justo aquí donde la educación debe dar un giro que permita a las personas apropiarse de lo humano e incorporarse en el reconocimiento de la existencia del otro, de tal manera que le permita verse reflejado en otros, ya que en esencia es y hace parte de la misma especie, y en la medida de que esa concientización personal se de y empiece por cada uno de nosotros, me atrevería a decir que a mediano plazo se verán los frutos.

Pero para garantizar ese cambio se hace necesario desde ya cambiar el enfoque actual y que mejor manera que a través de mecanismos de participación ciudadana que de una u otra manera presionen en el buen sentido de la palabra y permitan converger en las instituciones públicas el desarrollo de políticas sociales obviamente enfocadas al bienestar y al avance integral del ser humano.

Aunque suene a discurso progresista, es evidente que para que se de este cambio hay que enfrentar en primera medida a aquellos títeres que se preocupan y velan por salvaguardar los intereses económicos y políticos de pequeños conglomerados económicos, inclusive a estas marionetas se les ve cínicamente pronunciando discursos en los encuentros, congresos, y a cuantos foros asisten de forma aplacada o con vehemencia sobre de qué forma o que medios se deben emplear para reconocer

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