LAS CIFRAS DE LA VIOLENCIA EN COLOMBIA

LAS CIFRAS DE LA VIOLENCIA EN COLOMBIA.

En un país agobiado por la violencia, no es posible ocultar las repercusiones que trae consigo las manifestaciones de la guerra desmedida y sin fundamento ideológico.

Tampoco es posible mentirnos a nosotros mismos respecto a la descomposición social tan grave a la que nos vemos sujetos a soportar diariamente: homicidios, hurtos, violación de derechos, secuestros, en fin una lista de nunca acabar.

La principal causa del deterioro de la sociedad se debe en gran parte a la poca credibilidad de las políticas del gobierno nacional, cuya actitud se torna pasiva en cuanto a temas relacionados con satisfacer necesidades tan basicas como la vivienda y el empleo digno de una significativa parte del pueblo colombiano. No existe un programa serio y comprometido para con la sociedad, y a esto se le suma la corrupción de los gobernantes sobre quienes pesa gran parte de la culpabilidad del inconformismo generalizado nacional.

Actualmente, el gobierno invierte cantidades exorbitantes de dinero en busca de una estrategia disfrazada de promoción de su política clasista, recortando el presupuesto con el supuesto fin de ahorrar costos en la nomina nacional, para ello no les interesa dejar sin empleo a los pocos ciudadanos de bien, que de una u otra manera se convierten en el mayor potencial productor del país; obligándolos a reducir sus ingresos y a subemplearse o en el peor de los casos a delinquir… esa no es una política para el pueblo, es contra el pueblo.

Se debería recomponer el país desde las aulas, invirtiendo en educación; sacando a la gente de su ignorancia y brindarle una oportunidad mejor de vida, Y no crearle falsas expectativas a la hora de la contienda electoral, donde se desperdicia el erario publico en campañas y procedimientos absurdos sabiendo que mas tarde quienes suplen estos gastos serán los mismos electores pagando tributo con altos e irracionales impuestos.

En un país donde se invierte más en la guerra que en educación, el resultado obviamente será el menos alentador. Un país que tiene en su nómina cerca de 60.000 combatientes en el campo de acción y que resultan insuficientes, no justifica que tenga también en sus arcas; 60.000 militares en la función administrativa. ¿Será que combaten desde sus escritorios? Es aquí donde convendría un recorte presupuestal y de personal inefectivo.

A un país donde el numero de insurgentes supera los 40.000, repartidos entre las guerrillas de las FARC, el ELN, las AUTODEFENSAS y otros grupos mixtos; no resulta conveniente tener tantos militares en escritorio.

Otra cifra que demuestra la poca política educativa del gobierno, es que dentro de estos grupos armados existen cerca de 11.000 menores; que a su edad deberían estar en la escuela. Nuestros niños son el futuro del país, no es sano acabar con nuestro futuro así.

El gasto militar para 2003, fue del 3.6 % del PIB y para 2004 será del 4.5 %. Sin embargo, de 6.242 corregimientos, solo existe presencia de las FFMM en 980 de ellos. Solamente guerrilla y paramilitares controlan mas de 6000 en todo el país, aún cuando el Plan Colombia destina 1.300 millones de dólares, para efectos de armamento e infraestructura militar, que combinando con la corrupción, resultan insuficientes.

Siguiendo con las nefastas cifras de la guerra, tenemos que el 11% del total de victimas fatales de la violencia son menores de edad; como si fuera poco, 2000 niños salen del país por tráfico ilegal; sin contar con los afectados por minas antipersonales que superan las 120.000. Para efecto económico, tenemos que la activación de cada mina cuesta alrededor de 8 o 15 dólares, y su desactivación oscila entre los 30 y 50 dólares.

En un plano más social, tenemos cerca de 60.000 presos, registrando un hacinamiento del 35%, de los cuales solo han sido sindicados 23.000; el nivel de competencia judicial es pésimo, contando con el 98 % de impunidad en los estrados judiciales. Además sabiendo en América Latina se cometen 20 delitos y en el mundo 5 por cada 100.000 habitantes, en Colombia se reconocen cerca de 247.671, es decir; 28 delitos por hora.

La descomposición llega al punto de concentrar 28.000 homicidios en el 2002 y un margen de suicidio del 5.1 por cada 100.000 habitantes.

Otro impacto cotidiano y quizá el de mayor aceptación por la delincuencia es el secuestro. Hasta el 2002, se creyó tener cerca de 16.000 secuestrados, de los cuales el 43% se le atribuye a las FARC; el 33% al ELN; el 20% a las AUC y el 4% restante a la delincuencia común.

Sin lugar a dudas, el causal de tanto descalabro político y social se le puede atribuir al narcotráfico. Según la DEA, Colombia

...