LAS ENCUESTAS Y LA VOZ DEL PUEBLO
Enviado por alonsocamacaro • 22 de Agosto de 2012 • 1.000 Palabras (4 Páginas) • 491 Visitas
LAS ENCUESTAS Y LA VOZ DEL PUEBLO
Alonso Camacaro*
Todos los seres humanos nos equivocarnos alguna vez o muchas veces. Si esto es verdad, quiere decir que el pueblo también se equivoca. Sin embargo, algunos politiqueros para contradecir esta verdad citan la expresión “la Voz del pueblo es la voz de Dios”. La misma ha sido atribuida a un monje anglosajón llamado Alcuino de York, quien fuera el consejero del emperador Carlomagno en el siglo VIII después de Cristo.
En realidad, en la obra “Epístolas, de Alcuino de York”, la frase de marras dice textualmente: “Y esas gentes que siguen diciendo que la voz del pueblo es la voz de Dios no deberían ser escuchadas, porque la rectitud de las masas está siempre bastante cercana a la locura”. Es decir, Alcuino le daba un sentido negativo a esa expresión, al igual que su verdadero autor, un filosofo, romano del siglo I d.C, llamado Seneca, quien ya en aquella época descalificaba a la “opinión publica” como reflejo de la realidad, pues advirtió que “el valor de las opiniones se ha de computar por el peso, no por el número de las almas”.
Sin embargo, con el transcurrir de los siglos la malinterpretada y descontextualizada expresión ha servido a los politiqueros y a las masas para tiranizar el buen juicio, y oprimir muchas verdades. Este es un error que se repite y multiplica hasta el infinito, porque si aceptamos que la multitud tiene la razón, no harían falta los lideres y el mundo actual no se estaría debatiendo entre dos modelos fracasados, cuyos resultados más evidentes son la degradación del ambiente y el hambre cabalgante a pesar del desarrollo tecnológico alcanzado.
Uno de los seres humanos más inteligentes que ha existido en este planeta, Albert Einstein afirmo que: “hay dos cosas que son infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro”. Esta consideración me mueve a combatir el error que le da la voz del pueblo una sabiduría infalible, pues a la final, esa creencia es una estimación de los hombres menos inteligentes. Desde este punto de vista, es necesario acabar con el mito de la supuesta sabiduría del pueblo. Y, sobre todo, es importante denunciar la estrategia de ciertos políticos y comunicadores que se adhieren la opinión mayoritaria, sin someterla a la evaluación de cuales serán sus resultados para el país.
En ese respecto, un general y politico ateniense llamado Foción (300 a.C), estaba dirigiéndose al pueblo y como vio que la muchedumbre le aplaudía, preguntó a los amigos que tenía alrededor, ¿en que me equivoqué? Pues según su criterio, la ceguera del pueblo sólo aplaude los desaciertos. En realidad no estoy de acuerdo con Foción, ni creo que todo el pueblo sea ignorante, pues algunas veces acierta. Pero cuando lo hace es por casualidad o porque lo orientan. El pueblo es la suma de muchas voces, por lo tanto jamás se pondrán de acuerdo por sí mismas, hasta que algún liderazgo
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