LOS DESCONTENTOS DE LA GLOBALIZACIÓN
Enviado por Arbey Angulo Aroca • 6 de Septiembre de 2020 • Documentos de Investigación • 1.271 Palabras (6 Páginas) • 140 Visitas
LOS DESCONTENTOS DE LA GLOBALIZACIÓN
Por Sergio Cebrián
La evolución de Joseph Stiglitz (premio Nobel de Economía en 2001) resulta de lo más llamativa, sobre todo en un momento en el que se debate tan extensamente sobre los pros y contras de la Globalización. Su experiencia como Economista Jefe del Banco Mundial y su posterior dimisión le proporcionan una autoridad irrebatible para juzgar sobre lo bueno y malo que se juega en los vericuetos de los foros financieros internacionales y la idoneidad de sus políticas.
Stiglitz presenta en su última obra (Globalization and its discontents) algunos de los efectos que la llamada Globalización de la economía está ejerciendo sobre las economías de países que no pueden precisamente vanagloriarse de gozar de buena salud económica ni financiera en estos momentos. Importante responsabilidad en dicha evolución tendría el color de las políticas dictadas desde las instituciones internacionales como el Banco Mundial (BM) o el Foro Monetario Internacional (FMI).
Su análisis parte de la constatación de la existencia de una desigualdad básica y de un doble rasero en la justificación de la apertura que promueve la Globalización. La cuestión es que por una parte se exige al vecino lo que no se practica en casa. Las barreras que se levantan en el mundo desarrollado son un freno y un obstáculo a la apertura de las economías. Para Stiglitz, esta “hipocresía” del mundo desarrollado es inaceptable en el contexto de la Globalización, que no funcionaría ni para los países pobres, ni para el medio ambiente, ni en los procesos de transición de los antiguos países comunistas, por citar algunas de sus víctimas.
Ejemplo de ello lo ofrece recientemente la decisión por parte de la Administración Bush de aumentar sensiblemente las subvenciones a los agricultores norteamericanos como medida para proteger el mercado interior. Su respuesta europea sería la PAC (Política Agraria Comunitaria), que mantiene unos niveles mínimos de ingresos a los agricultores europeos, pero al mismo tiempo impidiendo el acceso al mercado europeo de productos de países terceros.
Pero el problema de fondo de la Globalización no es su existencia, por otra parte necesaria. Los beneficios aportados por ella son claros, y uno de ellos es la misma emergencia de una sociedad civil “global” que denuncia la ausencia de democracia en las decisiones de las instancias internacionales y que pide la condonación de la deuda de los países menos avanzados. El verdadero problema es la mala gestión de la misma. Y aquí es fundamental el papel de las instituciones internacionales. Con ellas se ha llegado a una situación particular, en la que existe una autoridad (governance) global, sin que exista un gobierno (government) global.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) es objetivo directo de sus críticas. Su actitud frente a los países en desarrollo peca frecuentemente de colonial y arrogante. Los procesos de liberalización y privatización que dicha institución promueve persiguen una rápida apertura de las economías de los países en desarrollo, dejando en segundo plano los problemas de competencia y reglamentación y obviando el riesgo latente de creación de monopolios y corrupción ante la ausencia de un control adecuado. Por otra parte, la pretendida liberalización comercial se fundaría sobre el aprovechamiento de las ventajas comparativas, siguiendo la teoría económica clásica. Sucede que en la mayoría de los casos la destrucción de empleo de poca productividad no ha resultado en creación de empleo de mayor productividad, sino en la mera destrucción y subsiguiente aumento de desempleo.
Definitivamente, el FMI le ha hecho un mal juego a la Globalización. Stiglitz basa sus argumentos en la comprobación de dos realidades contrastadas en el desarrollo de los países emergentes durante los últimos años. Aquellos que optaron por seguir disciplinas propias, caso de los países asiáticos, han experimentado un notable éxito en el desarrollo y apertura de sus economías. Y los poderes públicos jugaron una función esencial en la regulación de sus mercados financieros. Por el contrario, aquellos cuyas políticas se han basado en los planes de ajuste del FMI se han visto abocados al fracaso.
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