La Columna De Hierro
Enviado por adriana312 • 4 de Julio de 2015 • 267 Palabras (2 Páginas) • 231 Visitas
L
a casa de los Ciceroni estaba tranquila. Helvia, incapaz de seguir soportando lo que su
conciencia creía un abuso, persuadió a Arquías para que se buscara otro cliente en la ciudad.
-Sólo los dioses saben cuándo podré pagarle todo lo que le debo -le dijo-. Su presencia aquí, querido
Arquías, meaviva constantemente el doloroso recuerdo de nuestra penosa situación.
Así que Arquías setrasladó a casa de un cliente rico que tenía varios hijos. Lo hizo de mala gana, pero
honró así el alto concepto que tenía de la señora Helvia. También sospechaba que Helvia había perdido
finalmente la paciencia respectoa Tulio y estabadecididaa obligarle a retomar el interés porlas cosas de
la vida. Así que Tulio se vio obligado a salir cada mañana penosamente de su cubículo para enseñar a su
hijo menor. Comosu esposa esperaba, su salud mejoró y se interesó por las leccionesde su hijo.
Ya hacía dos años que la dueña de la casa había casado a Eunice con el liberto Athos, que ahora era el
capataz de la isla cercana a Arpinum. En cierto modo ahora podía trasladarse allí sin correr peligro. Athos
y Eunice estaban muy ocupados en restaurar la casa y la granja.
Quinto, que ya había cumplido los diecisiete años, había sido investido con la toga viril el año anterior.
Le sentaba bien. Estaba decidido a ser soldado y Helvia, valiéndose de las amistades de los Helvios,
buscaba que le dieran un buen destino. Mientras tanto, Quinto, con buen humor pero también sintiendo
impaciencia,estudiaba el griego con su padre y trataba decomprender la filosofía.
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