La Delincuencia En Honduras
Enviado por bles • 8 de Noviembre de 2013 • 983 Palabras (4 Páginas) • 441 Visitas
Crisis política, crisis democrática
Los hechos de junio de 2009 fueron un retroceso para la vida democrática que con sangre se había escrito en Honduras desde la década de los 80.
Aislada de la comunidad internacional a raíz de la expulsión de Manuel Zelaya, el país bajo el gobierno interino o de facto de Roberto Micheletti celebró en 2009 elecciones generales que dieron el poder al candidato del Partido Nacional, Porfirio Lobo.
El proceso fue avalado por la comunidad internacional, que reconoció el ejercicio democrático y transparente que dio el poder al presidente Porfirio Lobo.
Paulatinamente, Honduras logró su reincorporación en el ámbito internacional, que vio con agrado los esfuerzos de Unidad y Reconciliación Nacional impulsados por el actual gobernante hondureño.
No obstante, los hechos de 2009 siguen dejando huella.
El estudio Democracia en Honduras, valores y participación política 2011 señala que la sociedad hondureña duda de su democracia.
De hecho, el apoyo a la democracia en Honduras es de apenas un 53%, frente a un 61% en América Latina.
Los hondureños, incluso, dan un porcentaje de aprobación del 31% al último gobierno militar, en comparación con el resto de América Latina, cuyo porcentaje es de 19%.
La razón, según la publicación, tiene su origen en el orden y la seguridad que se percibía y también en las reformas agrarias de algunos regímenes militares.
Cuando se enfocan en los gobiernos democráticos, los hondureños describen la corrupción de las instituciones públicas, los intereses particulares sobre el bien común y la escasa cultura de la legalidad, entre otros.
Aunque la insatisfacción con la democracia en Honduras no sólo tiene sus raíces en la política sino en factores socioeconómicos.
Es así como el 63 por ciento de la población apoyaría un régimen autoritario si resolviese los problemas económicos. En el resto de América Latina el porcentaje es de 53%.
La democracia en Honduras está relacionada también con la desigualdad social. El 55% de los hondureños atribuye esa dispar distribución de la riqueza al sistema democrático, mientras que en América Latina esa opinión la comparte el 48% de la población.
El estudio sobre Democracia en Honduras señala también que los hondureños tienen poca fe en el voto como motor de cambio. Apenas el 45%, en contra del 59% en el resto de países latinoamericanos.
Y mientras en el resto de América Latina el 16% cree en el poder de las protestas, en Honduras es el 20% el que avala esta medida de presión.
“Más grave es la sensación de fatalidad frente a la realidad: 21% cree que no es posible influir para cambiar las cosas contra 14% en el Continente”, según la publicación del Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales.
Afortunadamente, no todo es negativo.
La política en Honduras ocupa un lugar creciente en las prioridades de la sociedad, y en los últimos años ha pasado de 30% (2006) a un 40% (2010).
Se trata de una oportunidad “siempre y cuando esa politización se canalice por los caminos constitucionales”, señala el estudio.
Otro dato alentador
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