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La Delincuencia Mas Allá De La Pobreza


Enviado por   •  18 de Marzo de 2013  •  3.862 Palabras (16 Páginas)  •  524 Visitas

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LA DELINCUENCIA: MÁS ALLÁ DE LA POBREZA

A la delincuencia en Venezuela comúnmente se le ha dado una explicación sólo desde la pobreza; la cual si bien es un factor insoslayable, los móviles que llevan a delinquir en este país rebasan la condición de pobre y se sitúan en espacios más profundos asociados a factores psicosociales; a los valores, principios y contenidos informacionales con los que se ha venido construyendo el imaginario social venezolano desde las primeras dos décadas del siglo XX con el montaje de un estilo de vida hedonista y consumista, sostenido con la renta petrolera. Si la delincuencia fuese producida sólo por la pobreza, ¿cómo se explica que personas y grupos provenientes de sectores medios de la sociedad; incluso empresarios, funcionarios públicos, profesionales, entre otros, sin aparentes necesidades materiales pero con muchas carencias espirituales, se apropien de lo ajeno?, ¿cómo explicar que hijos de familias adineradas de este país que estudian en colegios hiperexclusivos y supercaros, se roben entre ellos?. Esto obliga a ampliar la visión del problema incorporando otros móviles que no se ven en la expresión fenoménica del problema pero, sin duda, existen.

I. La subjetividad de los venezolanos se ha formado con los antivalores del capitalismo

La subjetividad de los seres humanos en la sociedad capitalista, es una síntesis aproximada de ésta, construida a través de los procesos de socialización y de las prácticas sociales diversas realizadas en la vida cotidiana. En este contexto socio-histórico, los seres humanos se apropian de concepciones de vida; principios y valores aprendidos en la educación formal e informal; hábitos, costumbres, tradiciones, creencias que conforman patrones de vida diferenciados; formas de ver y concebir la vida, modelados por la lógica del capital y su ideología.

En efecto, el capitalismo tiene sus bases en la producción social y en la apropiación privada del producto del trabajo de la sociedad, que hace se divida en unos pocos que concentran las riquezas del país, y una mayoría despojada de riqueza social; se fundamenta en la competencia y la acumulación de la plusvalía sustraída a los trabajadores manuales e intelectuales; acumular capital y maximizar, a grados inusitados, sus ganancias. Para ello, los capitalistas tienen que vender las mercancías que producen los trabajadores porque de lo contrario se genera una crisis de sobre- producción. Pero llega un momento en que una parte importante de la sociedad no puede comprar las mercancías porque su salario real ha sido desvalorizado a través de diversos mecanismos inflacionarios, que quedan casi imposibilitados para comprar su sustento para sobrevivir. Cuando esto sucede, los mercados se saturan de mercancías y se abre una tendencia a la recesión económica y a una baja de los precios. Como a los capitalistas los mueve la lógica de la máxima ganancia, la que no pueden alcanzar con una baja de precios, buscan restablecer la capacidad de consumo de la sociedad, para lo cual recurren a que el Estado mejore el poder adquisitivo de la sociedad con aumento de sueldos y/o salarios, bonos, etc.; pero fundamentalmente se apoyan en la industria de la publicidad para inducir a un consumo compulsivo a través de la manipulación de la psique de la sociedad y, de esa manera, recuperar la tasa de ganancia y seguir reproduciendo su capital.

II. La industria publicitaria te obliga a consumir generando necesidades que no tienes

Para manipular la psique, los mensajes publicitarios son diseñados a partir de estudios Psicológicos, antropológicos, semióticos y sociológicos, y explotan las carencias psicosociales presentes en la sociedad como: autoestima bajo, falta de reconocimiento, status, poder, sexo, entre otras. Estas carencias, al igual que antivalores como el individualismo, la vida fácil, el inmediatismo, la viveza criolla, la violencia, las manejan articulándolas con figuras y mensajes significativos; símbolos, según el caso. Los mensajes van dirigidos a los denominados mercados segmentados (jóvenes, adolescentes, mujeres, adultos mayores, entre otros) y son difundidos a través de los diversos medios de comunicación, sobre todo, los televisivos a través de comerciales, novelas, series, comedias, películas, concursos de belleza, desfile de modas, comics con un gran impacto en la psique que hacen que la gente compre lo que no necesita y deje de comprar lo que realmente necesita. Es decir es una terrible y perversa manipulación de los seres humanos. Esto hace que los empresarios y dueños de medios acumulen grandes ganancias y que el sector social a quien está dirigido el mensaje se desviva por comprar “lo que está de moda” porque “sale en la televisión” o es la prenda de vestir que usa tal o cual figura de la televisión.

III. El capitalismo es un sistema autoritario y antidemocrático

Esto es así porque el capitalismo es un orden social autoritario, nada democrático, organizado verticalmente y en el que la apropiación privada del trabajo social divide a la sociedad en sectores y clases sociales desiguales en la que los sectores medios y bajos tienden a imitar a quienes han acumulado riqueza, fama, poder, etc. Asimismo, los empresarios venden más y recuperan sus ganancias y se legitiman los antivalores del capitalismo que la sociedad asume como si fuese algo innato del ser humano. No es casual que mucha gente sostenga que el dinero lo es todo; con el dinero se puede comprar hasta el amor: “el dinero es la grasa que afloja la tuerca más dura”, cuando el mundo no siempre ha vivido teniendo como base el dinero. Este es un producto del capitalismo que, como toda producción histórica, está previsto desaparezca.

Ahora bien, ¿qué pasa con aquellas personas que no pueden comprar pero que son bombardeado constantemente al consumo?. Estas personas generalmente provenientes de sectores pobres y medios de la sociedad, se le produce una tensión entre la necesidad de consumir y la imposibilidad de no tener cómo hacerlo. Al no tener posibilidad de obtener estos productos que simbolizan progreso, status, reconocimiento social u otra de las carencias ya descritas, que le ofertan en los medios y centros comerciales; sufren grandes frustraciones. Muchos de ellos pasan por procesos depresivos, se aíslan socialmente y expresan sus frustraciones a través de la envidia, en actitudes de resentimiento; lo que algunas veces se traduce en violencia hacia el otro, que se va haciendo cotidiano y “normal”.

IV. La frustración por no poder consumir induce a delinquir

Muchas de estas personas al no obtener estos símbolos de status y progreso por vías lícitas, deciden resolver su frustración delinquiendo: no importa si para ello tienen que quitarle la vida a otros. Esto explica que algunas personas

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