La Educación Y Los Jovenes

Los/las estudiantes están expuestos y puedan caer en diferentes conductas de riesgo como violencia y delincuencia, bullying o matoneo, bajo rendimiento escolar, violencia intrafamiliar, drogadicción, deserción escolar entre otros, esto implica contar no solo con modelos explicativos y de análisis, sino también analizar aquellos buenos abordajes y prácticas de prevención e intervención que se han realizado desde el trabajo social. Las culturas infantiles y juveniles que provienen de familias que han experimentado dificultades económicas y que viven en viviendas precarias de sectores urbanos tienen alta prevalencia de factores de riesgo y son vulnerables a la delincuencia y la drogadicción. Los delitos de mayor incidencia entre niños(as) y adolescentes son aquellos denominados genéricamente como “contra la propiedad”, donde el mayor porcentaje lo representan los hurtos, en menor las agresiones físicas, la violencia sexual y los asesinatos.

Las amenazas actuales para educandos son predominantemente de conducta y no biomédicas. Más niños, niñas y adolescentes están involucrados en conductas de riesgo. La rebeldía y la delincuencia juvenil se caracteriza también por la crisis de la adolescencia y en ciertas ocasiones se traduce en un acto “iniciático”, es decir, una forma en que los jóvenes reflejan que han crecido y son independientes de los adultos. Por otra parte, los fenómenos de violencia se dan principalmente en las familias, barrios o las escuelas, por nombrar algunos como puntos de referencia o de análisis, sin embargo la violencia y la delincuencia juvenil afectan a todas las clases sociales y tienen impactos significativos en los segmentos más empobrecidos y marginados de las sociedades.

A nivel estructural, se señalan que las causas primarias de la violencia en el Cauca en los/las estudiantes se dan por la urbanización acelerada, la pobreza crítica, la inequidad, la violencia política, el crimen organizado, y el tráfico y consumo de drogas ilegales. A nivel individual, se identifica, a partir de una extensa revisión bibliográfica, los siguientes predictores de la violencia: la violencia familiar y el maltrato a los niños, la deficiente supervisión de los padres a sus hijos (especialmente los varones), el bajo rendimiento académico, el fácil acceso a armas corto punzantes y de fuego, las deficientes habilidades para la resolución de conflictos, los valores que legitiman el uso de la violencia y la agresión, el consumo de alcohol y drogas y la exposición permanente a la violencia en los medios de comunicación. En cuanto a género, si bien los niños y adolescentes varones son los principales ejecutores y receptores de la violencia al estar sobrerrepresentados en las cifras de homicidios, las niñas y jóvenes también son víctimas de altos niveles de violencia física y psicológica, especialmente en sus hogares.

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