La Epidemia del dinero y el prestigio. Un ensayo acerca del público renacentista inglés
Enviado por Daniel Gorocica • 30 de Julio de 2017 • Ensayo • 1.902 Palabras (8 Páginas) • 244 Visitas
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Índice
- A un penique, si quieres adelante son dos peniques más…………….. P. 2
- Tengo el conocimiento de los mejores trozos……………………....... P. 3
- ¿De qué nos enteraremos hoy?............................................................. P. 4
- ¡Silencio! Quiero escuchar……………………………………………P. 7
- Bibliografía…………………………………………………………....P. 8
A un penique, si quieres adelante son dos peniques más
Ya se acerca la multitud entre pasos descalzos, pares de ruedas y relinchos a las puertas de Rose, Swan, Globe, Blackfriars... El sol opacado por las nubes del otoño da la bienvenida abriendo las puertas del teatro. Todos con sus peniques en mano, algunos hasta con chelines, dispuestos a ocupar el mejor lugar que les sea posible. ¿De qué nos enteraremos hoy? ¿Cuántos monarcas serán destituidos, cuántos hombres serán envenenados, cuántas batallas sangrientas se necesitarán para rellenar el Támesis? Los murmullos se desvanecen súbitamente, se ha empezado a escuchar un silencio que abraza el rugir de una trompeta, y juntos recorren con aires de grandeza cada rincón del teatro. En el escenario aparece un hombre quien se cuestiona si está bien derrochar dinero por prestigio, aun si eso significa soportar epidemias de todas clases.
Es uno de los posibles cuadros de lo que ocurría cuando suscitaba una representación escénica en la Inglaterra renacentista, tanto durante el reinado de Isabel como de Jacobo I.
El teatro renacentista inglés fue una etapa trascendental e inesperada, puesto que se desarrolló dentro de una monarquía absolutista que consideraba al teatro como una ociosidad que ponía en peligro y amenazaba a la seguridad nacional. Es un periodo que abarca las últimas décadas del siglo xvi y las primeras del siglo xvii. Inglaterra se encontraba en guerra contra España. La situación financiera era inestable, y el conde Tyron de Irlanda se rebeló contra la reina Isabel, pues a ella le gustaba despilfarrar dinero con la idea de aumentar su reputación (ideología que va a compartir Jacobo I), lo que ocasionó una considerable crisis económica, la cual obligó al gobierno inglés a incrementar los impuestos y con ello las murmuraciones de los ciudadanos, que se iban transformando en gritos de protesta.
El siguiente fragmento de El rey Ricardo II de Shakespeare, es un ejemplo de cómo tal vez los ciudadanos inconformes demostraban sus desacuerdos ante un rey:
York
Así, y con más desprecio todavía,
los ojos de la muchedumbre se fijaron insolentemente
sobre Ricardo. […] Arrojaban polvo sobre su cabeza.
(2006, p. 51).
Por otra parte, en 1590 ante la creciente influencia puritana en las provincias inglesas, el alcalde londinense inició una campaña que serviría para liberar a la ciudad del teatro, aquel sitio de perdición, de corrupción juvenil, lascivo y de prácticas impías. Era un peligro ante el cual las autoridades tenían que tomar medidas inmediatas, pues la consideraban una epidemia que pondría en peligro la integridad nacional. Por lo que decidieron prohibir cualquier manifestación teatral; sin embargo, en 1596 todos los teatros fueron reinaugurados. Los autores con el impulso de seguir haciendo teatro y con la oportunidad de reanudar sus labores, produjeron grandes obras, pero el desplome económico con su consecuente incremento en los impuestos provocó una baja afluencia de espectadores en las representaciones teatrales. No significa que los ciudadanos y amantes del teatro ya no quisieran ver obras, sino que les era complicado asistir.
Tengo el conocimiento de los mejores trozos
Pero, ¿qué fue lo que propició este auge inesperado del teatro en Inglaterra? La gente de teatro, en su mayoría actores itinerantes, eran perseguidos tanto por las autoridades gubernamentales y eclesiásticas; para fortuna de algunos habían nobles ingleses fascinados por el arte teatral. Estos nobles, como son los casos de lord Admiral, lord Chamberlain y el conde Leicester, protegían a aquellos actores que les parecían adecuados para entretenerlos. Los dejaban vivir en sus mansiones campestres, donde podían ensayar y representar las obras, y para no tener problemas con las autoridades se hacían pasar por sirvientes del noble en cuestión.
Para ejemplificar esto, se observa a continuación un momento de la escena de Hamlet con sus cómicos:
Cómico 1°
¿Qué trozo queréis, señor?
Hamlet
Te oí recitar en cierta ocasión un paso,
que nunca ha sido puesto en escena […]
hay en ella un trozo que me gustó sobre manera.
(Shakespeare, 2006, p.259).
Son dos los factores que contribuyeron a que estas mansiones lograran esquivar las leyes en contra de la escena. El primero es acerca de la ubicación de estas construcciones, se situaban en la zona conocida como Liberties, caracterizada por estar a las afueras de la ciudad y por su libre jurisdicción de la misma. El segundo se debe a la admiración tanto de la reina Isabel como de su sucesor Jacobo I, al teatro. Gracias a esto, se consolidaron las primeras compañías inglesas, entre ellas los Admiral´s Men (con Marlowe) y los Chamberlain´s Men (con Shakespeare).
¿De qué nos enteraremos hoy?
El teatro logra perdurar y crecer en una Inglaterra envuelta en crisis, además de tener una reina que se preocupaba más por su reputación que por el bienestar de sus habitantes, siendo así el blanco de críticas y de crecientes protestas.
¿Te parece familiar como había tanta gente analfabeta, incapaz de leer las noticias publicadas en las gacetas y almanaques; seguramente porque se trataba de una de las tantas estrategias oficiales para que las autoridades y la religión no perdieran el control sobre los ciudadanos, pues era un hecho que las noticias oficiales eran escritas bajo una ideología específica con el fin de ser la única aceptable?
La gente quería estar informada, pero al no saber leer recurrían al “boca en boca”. Sin embargo, las noticias transmitidas por ese medio eran inexactas y frecuentemente se tornaban en chismorreos. En general, los medios de comunicación eran casi nulos; existían algunos clandestinos, aunque no eran lo suficientemente conocidos.
Tal situación hizo favorable que el teatro ganara tanta popularidad, pues ahí la gente podía enterarse, por medio de las representaciones, de lo que ocurría en Inglaterra, al final de cuentas y como dice Bregazzi “lo que decía el teatro era mucho más aceptable y accesible a muy diferentes sectores de la población” (1999, p. 36).
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