La Exclusividad del estado

La exclusividad del Estado para satisfacer los servicios públicos.

Introducción.- Desde la creación misma del Estado, la noción de servicio público se ha entendido dentro de una de las cuestiones que enmarcan la soberanía, así de alguna manera como lo hemos analizado se identifica la razón de ser de la administración pública, no obstante, con el crecimiento de las sociedades y sus necesidades de manera prácticamente exponencial es que se ha planteado desde hace mucho con éxito, la posibilidad de que también puedan llevarla a cabo los particulares, sin que esto signifique que se pierde el control sobre los servicios, los que se consideran sustanciales, se prevén en la Ley y se protegen para seguir dentro de la esfera estatal.

¿Por qué el Estado no tiene el monopolio para prestar servicios públicos? Empecemos por desmenuzar el tema, para empezar es importante saber qué se entiende por monopolio, (del griego monos / μονος (solo o sola) polein / πωλειν (vender)) existe cuando una persona en particular o una empresa tiene suficiente control sobre un producto o servicio en particular para determinar de manera significativa las condiciones en que otras personas tendrán acceso a ella. (Esto está en contraste con un monopsonio que se refiere al control de una sola entidad a lo largo de un mercado para comprar un bien o servicio. Ahora entonces, veamos su acepción en nuestro tema de estudio, el servicio público es sin duda una actividad estatal encaminada a la satisfacción de necesidades generales, regular y continúa en el ámbito siempre del régimen del derecho administrativo, el servicio público es un instrumento social de bienestar, los sistemas se mantienen estables gracias al desarrollo de los servicios públicos, la creencia de que un servicio público es óptimo genera la idea de que quien lo presta cumple con su razón de ser, no obstante, hay que tomar en consideración que con el avance en la economía neoliberal y en los cánones de la participación democrática, también la participación ciudadana en el quehacer de la administración pública es cardinal y una de las maneras de conseguirla es justamente mediante la prestación de servicios públicos por parte de los particulares, la cantidad de personas que vivimos en una sociedad global y revolucionada en muchas materias, requiere de la participación de los particulares, y ya vimos que de acuerdo a lo explicado por Serra y Marienhoff actualmente un sector de la doctrina y la jurisprudencia sostiene que el servicio público impropio resulta de una actividad ejercida por particulares administrados con el objeto de cubrir necesidades.

Menciona ejemplos en donde los particulares presten un servicio público. En este tenor podemos mencionar a los concurrentes en ámbito federal con los particulares a quienes se concede el servicio público, como por ejemplo los servicios de radiodifusión o teléfonos, o

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