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La Familia: Primera sociedad natural


Enviado por   •  28 de Mayo de 2014  •  4.190 Palabras (17 Páginas)  •  459 Visitas

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Compendio de DSI (2004): II Parte (Resumen con extractos textuales)

CAP. V

LA FAMILIA: CÉLULA VITAL DE LA SOCIEDAD

I. La Familia: Primera sociedad natural

209. La Sagrada Escritura subraya repetidamente la importancia y centralidad de la familia para la persona y la sociedad: “No está bien que el hombre esté solo” (Gn 2,18).

En los textos que narran la creación del hombre (cf. Gn 1,26-28; 2,7-24) se nota cómo —según el designio de Dios— la pareja constituye “la expresión primera de la comunión de personas humanas”. Eva es creada semejante a Adán, como aquella que, en su alteridad, lo completa (cf. Gn 2,18) para formar con él “una sola carne”. La familia es considerada, en el designio del Creador, como “el lugar primario de la "humanización" de la persona y de la sociedad” y “cuna de la vida y del amor”

210. En la familia se aprende a conocer el amor y la fidelidad del Señor, así como la necesidad de corresponderle; los hijos aprenden las primeras y más decisivas lecciones de la sabiduría práctica a las que van unidas las virtudes. Por todo ello, el Señor se hace garante del amor y de la fidelidad conyugales (cf. Mt 2,14-15).

Jesús nació y vivió en una familia concreta aceptando todas sus características propias y dio así una excelsa dignidad a la institución matrimonial, constituyéndola como Sacramento de la Nueva alianza. En esta perspectiva, la pareja encuentra su plena dignidad y la familia su solidez.

211. Por esto, la Iglesia considera la familia como la primera sociedad natural, titular de derechos propios y originarios, y la sitúa en el centro de la vida social: relegar la familia “a un papel subalterno y secundario, excluyéndola del lugar que le compete en sociedad, significa causar un grave daño al auténtico crecimiento de todo el cuerpo social”.

212. Importancia de la familia para la persona: La primera estructura fundamental a favor de la "ecología humana" es la familia, en cuyo seno el hombre recibe las primeras nociones sobre la verdad y el bien; aprende qué quiere decir amar y ser amado y, qué quiere decir en concreto ser una persona”.

213. Importancia de la familia para la sociedad: Es evidente que el bien de las personas y el buen funcionamiento de la sociedad están estrechamente relacionados con “la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar”. Sin familias fuertes en la comunión y estables en el compromiso, los pueblos se debilitan. En la familia se aprenden las responsabilidades sociales y la solidaridad

214. Prioridad de la familia respecto a la sociedad y al Estado. La familia, al menos en su función procreativa, es la condición misma de la existencia de aquéllos. Se debe aplicar el Principio de Subsidiaridad (ya visto): que el Estado ayude a las familias, pero que no le sustraiga las actividades que puede realizar sola o en unión con otras familias.

II. El Matrimonio: Fundamento de la familia

215. Dios el autor del matrimonio, al cual ha dotado con bienes y fines varios”: no es una creación debida a convenciones humanas o imposiciones legislativas, sino que debe su estabilidad al ordenamiento divino.

Nace, también para la sociedad, “del acto humano por el cual los esposos se dan y se reciben mutuamente”… Este compromiso pide que las relaciones entre los miembros de la familia estén marcadas también por el sentido de la justicia y el respeto de los recíprocos derechos y deberes

216. Ningún poder puede abolir el derecho natural al matrimonio ni modificar sus características ni su finalidad. El matrimonio tiene características propias, originarias y permanentes. A pesar de los numerosos cambios que han tenido lugar a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales, en todas las culturas existe un cierto sentido de la dignidad de la unión matrimonial, aunque no siempre se trasluzca con la misma claridad.

217. Características: Totalidad: los cónyuges se entregan recíprocamente en todos los aspectos de la persona, físicos y espirituales; Unidad: que los hace “una sola carne” (Gn 2,24); Indisolubilidad y Fidelidad: que exige la donación recíproca y definitiva; Fecundidad a la que naturalmente está abierto.

218. Fines: está ordenado a la procreación y educación de los hijos; permite vivir en plenitud el don sincero de sí mismo, cuyo fruto son los hijos, que, a su vez, son un don para los padres, para la entera familia y para toda la sociedad. Si un matrimonio no ha podido tener hijos, “pueden manifestar su generosidad adoptando niños abandonados o realizando servicios abnegados en beneficio del prójimo”.

219. Cristo elevó a Sacramento el matrimonio entre bautizados, haciéndolo signo e instrumento de Gracia. Capacita y compromete a los esposos y a los padres cristianos a vivir su vocación de laicos.

220. La caridad conyugal, que brota de la caridad misma de Cristo, hace a los cónyuges cristianos testigos de una sociabilidad nueva, inspirada por el Evangelio y por el Misterio pascual. Los cónyuges cristianos, además de ayudarse recíprocamente en el camino de la santificación, son en el mundo signo e instrumento de la caridad de Cristo. Con su misma vida, están llamados a ser testigos y anunciadores del sentido religioso del matrimonio, que la sociedad actual reconoce cada vez con mayor dificultad, especialmente cuando acepta visiones relativistas del mismo fundamento natural de la institución matrimonial. La familia es, además, como una Iglesia doméstica o pequeña Iglesia.

III. La subjetividad social de la familia

a) El amor y la formación de la comunidad de personas

221. La familia es un espacio de comunión tan necesaria en una sociedad cada vez más individualista, pues en la familia se aprende a amar: vive construyendo cada día una red de relaciones interpersonales, se convierte en la “primera e insustituible escuela de sociabilidad, ejemplo y estímulo para las relaciones comunitarias más amplias en un clima de respeto, justicia, diálogo y amor”.

222. Atención esmerada de los ancianos que viven en la familia: su presencia supone un gran valor. Son ejemplo de vinculación entre generaciones, un recurso para el bienestar de la familia y de toda la sociedad: son una importante escuela de vida, capaz de transmitir valores y tradiciones y de favorecer el crecimiento de los jóvenes. Si los ancianos se hallan en una situación de sufrimiento y dependencia, no sólo necesitan cuidados médicos y asistencia adecuada, sino, sobre todo, ser tratados con amor.

223. El ser

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