La Globalizacion Y Sus Efectos Desiguales

Entre el fin de la primera guerra mundial y el comienzo de la segunda sólo transcurrieron 20 años. En cambio, desde esta última el mundo no conoció un conflicto de semejantes proporciones. Lo que sí hubo fue una serie interminable de confrontaciones y guerras locales, todas ellas derivaciones secundarias del antagonismo central: el que enfrentó al bloque comunista, encabezado por la URSS, con el bloque occidental, liderado por Estados Unidos. Estas guerras fueron la versión remozada de las dos guerras mundiales anteriores y, con toda la carga de muerte y destrucción que acarrearon, significaron no obstante para la humanidad en su conjunto librarse de una tercera confrontación a escala planetaria. A este período histórico, en el que nunca se llego a una guerra de alcance internacional como las dos precedentes (aunque se rozó muchas veces), se lo llamó “Guerra Fría”. Una Guerra real, es decir, “caliente”, hubiera acabado probablemente con todo vestigio de vida humana sobre la tierra.

EL PROCESO DE GLOBALIZACIÓN

Tras la disolución de la potencia comunista, el capitalismo se afirmó como sistema internacional y este predominio impulsó un proceso denominado globalización.

La globalización es un proceso económico, tecnológico, social y cultural a gran escala, que consiste en la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países del mundo unificando sus mercados, sociedades y culturas, a través de una serie de transformaciones sociales, económicas y políticas que les dan un carácter global.

Desde el punto de vista económico, la globalización es un proceso de integración de los mercados a escala mundial; esto es la internacionalización de los procesos económicos, materializada por los negocios de las empresas transnacionales y la expansión y consolidación de un mercado capitalista mundial.

Desde el punto de vista político, esta globalización económica afecta la autonomía de los gobiernos pues deben responder a las exigencias de instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC).

En 1990, la denominada Comisión Sur, formada por ministros, economistas y miembros de diversas iglesias, entre otras personalidades, publicó un documento en el que se exigía un nuevo orden mundial que diera respuesta a los reclamos de justicia, equidad y democracia del Sur, es decir, de los países con escaso o ningún grado de desarrollo, sometidos históricamente a la dominación económica del Norte industrial.

A partir de allí se formularon un conjunto de recomendaciones conocido como Consenso de Washington. Entre otras medidas se aconsejaba la privatización de empresas estatales así como la llamada flexibilización laboral, que significaba una disminución de las obligaciones a cargo del empleador en relación con la contratación de trabajadores. Por su parte, los organismos internacionales de crédito se comprometían a otorgar préstamos y garantizar inversiones a los países que pusieran en práctica las políticas recomendadas.

LA REORGANIZACION ESPACIAL DE LA ECONOMIA CAPITALISTA MUNDIAL

Los bloques económicos y comerciales en Europa y América

A partir de la década de 1990 se intensificó el comercio entre Estados Unidos, los países de Europa occidental y Japón. A principios del siglo XX, estas tres potencias económicas realizaban más de los dos tercios del total de los intercambios comerciales internacionales.

Bajo la gestión de Bill Clinton, se constituyó a partir del 1 de enero de 1994 una unión económica con Canadá, al norte, y México, al sur, unión que sería conocida con el nombre de NAFTA (North American Free Trade Agreement, Tratado Norteamericano de Libre Comercio, TLC).

Los países de otras regiones del mundo también se han propuesto integrar bloques comerciales para hacer frente a la concentración de los intercambios mundiales. Tal es el caso del Mercado Común del Sur (Mercosur), creado en 1985 y constituido por la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.

Los nuevos países industriales en el sudeste asiático

Singapur, Hong Kong, Taiwán y Corea del Sur, son los llamados cuatro tigres asiáticos, quienes se vieron favorecidos por la cercanía de Japón y la decisión de trasladar sus fábricas. En la actualidad la industrialización se extendió hacia otros países de la región: Malasia, Tailandia, Filipinas e Indonesia.

A principios del siglo XXI, los denominados países industriales (New Industrial Countries, NIC) del sudeste asiático han incrementado sus exportaciones, que en conjunto superan

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