La Infidelidad
Enviado por 21Cynthia • 21 de Octubre de 2013 • 6.600 Palabras (27 Páginas) • 265 Visitas
La infidelidad (situación que se conoce como adulterio) se refiere, popularmente, a las relaciones amorosas, a corto o largo plazo, establecidas con personas distintas del vínculo oficial que a menudo se mantienen en secreto por considerarse como una amenaza a la institución familiar. Denota el incumplimiento del compromiso de fidelidad o la falta de ésta. Por consiguiente, puede significar la carencia de lealtad o quebrantamiento de la misma hacia cualquier compromiso moral como la religión, la amistad, el matrimonio o cualquier otra relación amorosa o erótica.
La infidelidad puede suponer una dura prueba para una relación, que hace que a menudo termine en ruptura; sin embargo, siempre es posible salvar la relación y seguir adelante si ambos miembros de la pareja se esfuerzan por lograrlo.
El porcentaje de personas que engañan a sus parejas parece estar en aumento. En los últimos 20 años, en Estados Unidos el porcentaje ha pasado, entre los hombres, del 20 al 25 por ciento y entre las mujeres del 10 al 15 por ciento. Entre los más jóvenes, en cambio, estas cifras son diferentes, de manera que entre las personas de 18 a 24 años han sido infieles el 12,9% de las mujeres y el 15,9% de los hombres.
La infidelidad amorosa, es descrita como la falta al pacto normativo que limita el número de personas involucradas en una relación amorosa o erótica y, por tanto, la prohibición de mantener otras de forma paralela, sean ocasionales o continuas. De forma que, en las relaciones con tradición monogámica la inclusión de un tercero supone una violación del acuerdo, mientras que en relaciones poliamorosas se produce al involucrar a personas ajenas al círculo aceptado. Bajo esta definición, ser infiel es romper de forma consciente un acuerdo afectivo o sexual preestablecido para el tipo de relación escogida.5
Motivos de la infidelidad amorosa
Tanto en humanos como otros animales se suelen combinar las dos tácticas reproductivas opuestas: la monogamia y la poligamia, aunque históricamente muchas sociedades se oponen a esta última. Las causas de la infidelidad humana son múltiples, están relacionadas con la personalidad y la historia erótica individual; pueden ser insatisfacción, aburrimiento, curiosidad, búsqueda de novedad, narcisismo, venganza, desenamoramiento, soledad, la habilidad de conquista del tercero involucrado, necesidad de amor, comunicación deficiente, crisis, etcétera.6 7
Vale resaltar que la tipificación de la conducta infiel, así como sus sanciones, varían conforme a los consensos individuales y sociales. Esto da píe a clasificar como infidelidad tanto a las relaciones basadas únicamente en atracción y relaciones sexuales, por un lado (infidelidad sexual); o relaciones afectivas de índole erótica sin contacto sexual, por el otro (infidelidad emocional).7
Perspectivas científicas y análisis metodológicos
Psicología y sociología
Frecuentemente se refiere a la infidelidad como una de las principales situaciones que conflictúan las relaciones amorosas monógamas. Su descubrimiento generalmente trae emociones desagradables como tristeza, baja autoestima e ira para el miembro «engañado», quien en muchos casos suele retirar toda la confianza depositada en la pareja. Aunque es considerada una de las principales causas de divorcio, no necesariamente significa el final de la relación.6 8 Entre las principales causas que evitan el rompimiento, además de los fuertes vínculos afectivos, se encuentran el temor a la soledad, evitar un daño al otro, no conflictuar a los hijos y no modificar la calidad de vida.9
A menudo uno de los síntomas asociados a la infidelidad son los celos,6 si existe la presencia de una infidelidad real, éstos son parte de los síntomas asociados y tienen una cualidad «objetiva»; si por el contrario, no existe una infidelidad, consisten en una celopatía.10 Sobre esto, el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la APA señala que aunque pueden existir evidencias para sospechar que la pareja es infiel, también dichas conjeturas pueden ser de carácter imaginario, provocando en los sujetos celos infundados e incluso delirantes. Estos celos aparecen sin motivo y conllevan a acusaciones y conductas encaminadas a coartar la libertad de la pareja,11 búsqueda afanosa de indicios que comprueben la sospecha, preguntas asediantes, interpretaciones erróneas y recuerdos falsos.12 3
El psicólogo estadounidense Aaron T. Beck señaló que la infidelidad conyugal, a pesar de ser bastante común, causa un efecto tan traumático en el consorte ofendido debido al significado simbólico de la «aventura». Esto debido al pensamiento polar de todo-o-nada, en donde se concluye que una pareja es totalmente fiel o totalmente infiel sin cabida a puntos intermedios. También destacó que es común una visión negativa de la infidelidad, pues suele ser equiparada con palabras descriptivas como: traición, engaño, perfidia; lo que genera una «percepción catastrófica» de ocurrir. Además, expuso que un efecto frecuente tras descubrir una infidelidad es la devaluación no de la pareja sino de la propia persona, manifestando dudas sobre el atractivo y la suficiencia mediante pensamientos automáticos como «fracasé», «no sirvo para nada», «nadie me necesita», etc. Por otra parte, afirmó que la infidelidad no necesariamente es la causa de debilitamiento de una relación, sino que incluso puede ser el síntoma de una relación ya vacilante. Finalmente, él apuntó que, como muchos otros trastornos emocionales, los síntomas asociados a la infidelidad son tratados con el replanteamiento de los significados personales mediante el trabajo en terapia.13
Por su parte, los sociólogos Philip Blumstein y Pepper Schwartz, en su libro American Couples, también citados por Beck, estimaron que por lo menos el 21% de mujeres y el 37% de hombres había tenido una aventura extramarital en diez años de matrimonio (datos de Estados Unidos en 1983), y que aún consideraban a la monogamia como un ideal. Además, ellos observaron que (dadas ciertas diferencias de género socialmente establecidas) en las parejas heterosexuales los hombres y las mujeres tienden a interpretar las conversaciones sobre la infidelidad de modo distinto: los esposos creen que han recibido el consentimiento de sus esposas, mientras que éstas suponen que les han reiterado su oposición.14 13
El también psicólogo estadounidense Albert Ellis opinó que la infidelidad generalmente no «destruye» un matrimonio y que es un motivo exagerado para terminar una relación. Para él, el sexo extramarital sólo es dañino cuando a las personas involucradas realmente no les gusta convivir.15 Es decir, la perspectiva de la TREC sobre la infidelidad es que ésta sólo es conflictiva cuando va acompañada de creencias irracionales que
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