“La Mandrágora”.
Enviado por Sergio Ordaz • 25 de Mayo de 2016 • Apuntes • 403 Palabras (2 Páginas) • 238 Visitas
“La Mandrágora”.
Novela escrita como denuncia del mundo corrompido por los hipócritas, los presuntuosos, los parásitos, los que solo tienen como moral los bajos instintos y un sentido utilitario bien organizado. Sobre este mundo de corruptela deberá alzarse la voluntad del individuo inteligente para desde su altura reírse de todos ellos. En el fondo de la pieza se halla el pesimismo que invade el conjunto de la obra de Maquiavelo, un pesimismo que combate mediante la sátira y el sarcasmo sin confundirse con la hipocresía ni participar de la vileza de los demás. El escritor se limita seguir sus lascivias, a contárnoslas con un tono severo, amargo, señal imperecedera de su viril y atormentada poesía. Esta nos presenta a Calimaco, joven enamorado de Lucrecia, esposa de Nicias, un tipo vil y presuntuoso que desea ante todo tener hijos. Por sus deseos la engañara Ligurio, el parásito, que desempeña el papel de esclavo Plautino o Figuron. El lleva los hilos de la trama, hace y deshace. Como primer paso Calimaco se finge medico y llega hasta el lecho de Lucrecia, enferma. El joven va convenciendo poco a poco a la hermosa, pero a su lado hay una serie de personajes, tipificaciones magistrales de Maquiavelo sobre la sociedad de la época, que participaran en el engaño o se dejaran engañar. Una vez que Lucrecia asiente al amor del joven, Ligurio prepara la trampa. Calimaco receta una Mandrágora que hará fértil en vientre de la esposa. Mecer Nicias cree que el primer hombre que duerma con su esposa, una vez tomado el brebaje morirá. De ahí que todo estribe en buscar a uno y Serra el mismo falso doctor, disfrazado. Lucrecia consiente a las ansias de Calimaco pero frente a los demás hay que convencerla para que permita permita entrar en su cuarto a otro hombre distinto a su marido. Nuevamente Ligurio pone en funcionamiento sus hilos, se trata de convencer a la madre de Lucrecia, que fácilmente comienza a persuadir a la hija; como la joven no se deja solo con sus consejos, se compra al confesor de la casa Fray Timoteo, que aconseja y perdona al mismo tiempo el pecadillo que va bien a la salud. El engaño queda trazado en todas sus partes: Ligurio, Nicias, y Fray Timoteo raptaran en una noche oscura a un joven que “casualmente” pasa por la calleCalimaco y le obligaran a entrar en la calle donde le espera Lucrecia.
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