La Matriz Productiva

En relación a las medidas creadas por el Gobierno para cambiar la matriz productiva con el afán de sustituir importaciones, ahorrar divisas y crear empleo quiero comentar algunos puntos que, en mi humilde opinión, se le escaparon a los que idearon tan ambicioso plan.

El término industria tiene muchos bemoles y su significado ha cambiado mucho desde sus inicios en la revolución industrial o manufacturera hasta hoy, ha evolucionado desde referirse a una planta productora de algo hasta la denominación de sectores industriales como la industria del turismo, la bancaria, la comercial, etcétera. Si con industria nacional se quiere promover el empleo y el crecimiento económico, debería replantearse el asunto porque hoy por hoy con una maquinita guiada por un software se producen miles de unidades de cualquier cosa y así no se logra el objetivo inicial de promover el empleo.

Si se desea impulsar este y otros beneficios, deben implementarse medidas prácticas cuyos impactos serán inmediatos en la economía real, entre ellas: promover conocimiento tecnológico aplicado a los negocios, promover cultura de negocios, promover cultura financiera, eliminar o reducir sustancialmente impuestos como el de salida de capitales, retenciones, IVA (Impuesto al Valor Agregado), anticipo de impuesto a la renta e impuesto a la renta; privilegiar inversiones con alto componente tecnológico y amigables con el medio ambiente; promover el dominio de idiomas extranjeros; dejar que la iniciativa libre e individual de cada persona decida qué hacer y a qué dedicarse; promover el espíritu empresarial enfocado en la eficiencia (hacer mucho con poco).

La riqueza de las naciones modernas no está dada solo por la cantidad de plantas manufactureras, sino que además está en función de la versatilidad de sus emprendedores, de la generación de valor agregado en su economía, de su capacidad de generación de divisas y de la coherencia de sus gobiernos para promoverlas y concretarlas.

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