La Mediación e Intervención en Asuntos de Personas de Edad Avanzada
Enviado por alan2014mara • 29 de Julio de 2016 • Ensayo • 2.418 Palabras (10 Páginas) • 327 Visitas
Universidad Metropolitana
La Mediación e Intervención en Asuntos de Personas de Edad Avanzada
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22 de junio de 2016
Introducción
Este ensayo trata sobre la mediación e intervención en asuntos de personas de edad avanzada. La legislatura de Puerto Rico mediante una legislación especial (Ley Núm. 121 del 12 de julio de 1986, según enmendada) ha dispuesto medidas para garantizar los derechos de las personas de edad avanzada, los cuales se definen como las personas de 60 años o más. Por medio de esta ley se les garantiza a las personas de edad avanzada que se les garantice de manera efectiva la vigencia de los derechos que establecen las leyes y la Carta de Derechos de la Constitución del Estado Libre Asociado.
Conclusión
Es indispensable el aceptar que todos algún día llegaremos a un estado de vejez, tenemos que aprender a convivir con ello y con personas que ya son adultos mayores y el abandono no es una solución para olvidar esto. No tenemos que sentarnos ajenos a esta situación (abandono), está arraigada en la sociedad y debemos extirparla para que no se propague y no nos afecte directamente. Es lamentable el olvido que tiene la sociedad para con la tercera edad, ellos son personas, historia y conocimiento, personas que nos pueden entregar una infinidad de sabiduría y cosas útiles, tanto para el desarrollo propio, familiar y de la sociedad con una visión de fortalecimiento de la misma. La sociedad necesita y debe entregar amor, se debe empezar por la familia fortaleciendo este lindo vinculo que nos une el amor.
A modo de sugerencia se deberían implementar técnicas para el desarrollo de la aceptación de personas de la tercera edad. Desarrollo de la conducta humana siendo más tolerable ante toda persona con el apoyo de la psicología conductista, virtud de un crecimiento y una comunicación sana, interacción, afectividad, y principalmente fortalecer los sentimientos, para que así la tercera edad sea tomada en cuenta como cualquier otro ser social y que es parte de la vida social.
Ensayo
En Puerto Rico, la persona de edad avanzada es toda aquella que tenga 60 años o más. La sociedad reconoce que este tipo de personas de edad avanzada, a pesar de tener los mismos derechos naturales, legales y humanos de todos los adultos en Puerto Rico, muchas veces se ven marginadas o imposibilitadas de ejercitarlos, bien sea por desconocimiento, por su condición física o mental o por la estrechez de su ambiente social y humano. El Estado Libre Asociado de Puerto Rico reconoce su responsabilidad de proveer, hasta donde sus medios y recursos lo hagan factible, las condiciones adecuadas que promuevan en las personas de edad avanzada el goce de una vida plena y el disfrute de sus derechos naturales, humanos y legales. La ley principal que protege a la persona de edad avanzada es la Ley Núm. 121 del 12 de julio de 1986.
La Ley Núm. 121 del 12 de julio de 1986 les garantiza a las personas de edad avanzada unos derechos que entre estos se encuentran: garantía de la protección de derechos constitucionales, vivir en un ambiente de dignidad, recibir atención médica, desempeñar una profesión, no ser objeto de discrimen en el empleo, recibir protección, seguridad física y social contra abusos, participar en talleres, recibir orientación y ayuda técnica y profesional que le permita desarrollar potencialidades, escoger con que parientes deseas vivir.
A consecuencia de la gestión que el gobierno está haciendo de la crisis económica, nuestro sistema de bienestar ha quedado muy debilitado, y a medida que disminuyen los recursos sociales proporcionados por el estado, las responsabilidades de la asistencia a las personas mayores recaen cada vez más sobre los familiares. La mayoría de las familias con el tiempo tendrán que hacer frente a este desafío que por lo general provoca tensiones que pueden conducir a conflictos y crear obstáculos en la toma de decisiones.
Los padres cuando llegan a una edad avanzada y sus facultades comienzan a verse mermadas, requieren de la ayuda de los/as hijos/as, volviéndose dependientes de estos para realizar las tareas básicas del día a día. Esta nueva situación puede provocar el surgimiento de conflictos entre los hermanos adultos o que vuelvan a aparecer enfrentamientos que han estado ocultos durante años. Las controversias y disputas acerca del cuidado de los padres hacen que las relaciones familiares se compliquen, apareciendo tensión, posturas encontradas y dificultad a la hora de dialogar y tomar decisiones. Todo ello ocasiona que se pierda de vista el objetivo principal, que es garantizar que los progenitores dependientes reciban una atención adecuada.
A pesar de las particularidades que tiene cada familia, podemos extraer dos asuntos que suelen aparecer en la mayoría de las disputas entre hermanos/as relacionadas con el cuidado de los padres, que son, el sentimiento de injusticia y los asuntos económicos o de herencias. Cuando uno de los/as hermanos/as tiene la sensación de estar haciéndose responsable de forma desigual de la atención de los padres y cree estar asumiendo sin ayuda la carga que supone esta tarea, el sentimiento de injusticia que experimenta le puede fomentar resentimiento y resquemor hacia el resto, que no se están haciendo responsables de una labor que también les pertenece. Suele ocurrir que los/as hijos/as que se encuentran a mayor distancia se desvinculen de la situación y sean los que están más cercanos a sus padres los que se ven obligados a adoptar el compromiso, a veces sin contar con apoyo y sin que se les reconozca la labor que están realizando.
Otro de los asuntos que suele ser con bastante frecuencia foco de generación de conflictos es el relativo a los temas económicos y la herencia. Cuando un/a hermano/a siente que está asumiendo en gran parte el cuidado de los padres, y tiene que renunciar a su tiempo y su bienestar para llevar a cabo esta labor, puede creerse en el derecho de merecer una mayor parte de la herencia como pago por su sacrificio. Otras veces los/as hermanos/as se enfrentan porque discrepan en cómo emplear el dinero en el cuidado de los padres, resistiéndose algunos a buscar atención profesional, como el ingreso en una residencia, con el fin de preservar la herencia. Esto puede ocasionar que sea uno de ellos el que finalmente se vea forzado a cumplir con un papel de cuidador para el cual no está preparado, y esto va a repercutir directamente en la calidad de la asistencia que van a recibir los progenitores ancianos.
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