La Ortografia

Introducción

En la actualidad no sólo los niños con problemas de aprendizaje tienen dificultades para incorporar la ortografía, sino la población en general. Este es un tema que merece una amplia consideración, por ejemplo, cabe plantearse que rol representa las reglas ortográficas. ¿Son los límites? ¿Será que la población está falta de límites? ¿Será que las enseñanzas se ha filtrado la falta de límites dando prioridad a la creatividad? Sea como sea, lo cierto es que a partir del sexto grado los colegios empiezan a fijarse en la ortografía y a bajar los puntos en las evaluaciones de los niños.

No es justo exigir un aprendizaje de la ortografía a partir del sexto grado si no ha sido enseñado desde el principio. La ortografía es un conocimiento arbitrario que no responde a las reglas de deducción.

Se sabe que la ortografía es modificable con uno cuota importante de motivación y de lectura de textos. Pero ni la lectura ni la motivación son suficientes para establecer la misma de forma verdadera. El estudio de la normativa ortográfica y la exposición a la escritura correcta parecen ser más eficientes en el afianzamiento de la misma.

Bosquejo del problema

Este importante compromiso lo hemos asumido con conciencia principios fundamentales y significativos que nos permite conformar propuesta que pueden servir de orientación.

El 6to grado sección “A” de la E.B.N.B. “El Espinal”, está integrado por 39 estudiantes 20 hembras y 19 varones en edades comprendidas entre 10 a 15 años.

Cabe destacar que el grupo de estudiante muestra interés en conocer sobre la importancia de la ortografía y al mismo tiempo se le reforzara conocimientos obtenidos como mejorar, optimizar y fortalecer sus debilidades en la ortografía.

Sin embargo existe una preocupación por parte de la docente en el siguiente particular que algunos estudiantes todavía no dominan lo suficiente la ortografía a la hora de realizar dictados, ya que aglutinan palabras y no toman en cuenta los signos de puntuación, la omisión, adición o sustitución de letras, además de la mala división de las palabras, constituyen un grave problema, es indispensable abordar con más disciplina y constancia los aspectos antes mencionados.

Con respecto a los tipos de errores ortográficos, hay que señalar que los estudiantes por cada dictado cometen entre 15 a 20 errores ortográficos. Cabe destacar que las palabras que con mayor frecuencia los estudiantes escriben incorrectamente son como por ejemplo: hacer, haber, ahí, a la hora de colocar p y b entre otro.

Para nadie es un misterio que la transformación de el Internet de juguete o herramienta/medio de comunicación así como la profileracion de la comunicación inmediata en la que vivimos (nos referimos por supuesto a los SMS, al Facebook y Twitter) la ortografía ha tenido que ser sacrificada por el espacio, por el recuadrito en el cual nos caben sólo ciertos números de caracteres.

Hay consenso entre los padres de familia, los profesores y expertos en la lengua acerca del desprecio por la ortografía. Uno de los más grandes reto de la Lic. Francia Andrade (2002) es: Conectar un apoyo didáctico que le permite al educador, reforzar los conocimientos de la ortografía mientras practica la caligrafía, esperando contribuir al mejoramiento de los estudiantes al brindarles una herramienta muy útil de trabajo para cubrir cualquier diferencia.

La mayoría cree que este problema ha sido ocasionado por el Chat, el mensaje de texto y el e-mail, medios con los cuales abrevian palabras: escriben “k” en lugar de “que” y emplean símbolos como “TKM” para decir “te quiero mucho”. No obstante, los expertos consultados opinan que la red no es la culpable, aunque algo puede incidir.

Las nuevas tecnologías influyen de otra manera. Una es el mal uso del corrector de ortografía del procesador de palabras, herramienta en la que se recuesta hoy casi todo el mundo para corregir un texto. Esta ayuda es maravillosa en ciertos casos, por ejemplo, cuando escriben “iluciòn” y no “ilusión”. Pero en otros, pueden pasar por alto una tilde que cambia el sentido de toda la frase porque reconoce el vocablo correcto (como es el caso de “médico” y “medico”. Lo mismo con palabras homófonas que se escriben diferentes, pero de igual sonido como “casa” y “caza”. Aunque hay una correlación entre la mala ortografía y no leer, el problema de los estudiantes de hoy tampoco se debe sólo a la falta de lectura porque “para una correcta ortografía se necesita también tener memoria grafica”. Hay muchos que no la tienen y son buenos lectores.

La escritura se esta viendo como un producto final y no como un proceso, lo que implica que los jóvenes y niños de hoy no revisan sus textos para reescribir sino que lo entregan de una vez. La Prof. Maria Cristina Retondaro (2002) nos dice que: Justamente no se trata de agregar más actividades al currículo escolar, sino de enriquecerlas actuales formas de trabajos mediante estrategias que propicien la observación y la atención del estudiante para definir y poner en marcha sus propios conocimientos.

Aunque se descuida la caligrafía sigue siendo un asunto educativo importante, pues de ella depende que el mensaje escrito cumpla con su función comunicativa. Si a los niños no se les enseñara a escribir de una manera directa y sistemática, muchos de ellos invertirán en esta actividad mecánica parte importante de los recursos cognitivos que podrían utilizar para la planeaciòn y la fluidez del contenido de su mensaje. Además podrían tardar más tiempo en terminar sus tareas, tener dificultad para tomar apuntes, tender a evitar actividades que incluyan las escritura y estarán expuestos a recibir peores calificaciones de parte del docente que aquellos niños que produjeron un texto con la misma calidad en la expresión pero con mejor caligrafía.

Tradicionalmente la ortografía se ha enseñado a través de una serie de normas que aprendemos de memoria y una serie de dictados que nos hacían repetir una y otra vez. Sin embargo, para muchos no fue, ni es suficiente para las nuevas formas de aprendizaje. Repetir una y otra vez, no quiere decir aprender con fundamento.

Cuando

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