La Presa Endho
Enviado por lalogt • 7 de Junio de 2015 • 775 Palabras (4 Páginas) • 359 Visitas
La presa Endhó fue construida entre 1947-1952, y en un principio concentró agua dulce proveniente del río Tula. Ahí se practicaban deportes acuáticos y la pesca, hasta que pasó a convertirse, en 1975 –durante el sexenio de Luis Echeverría Álvarez y cuando Octavio Sentíes Gómez era jefe del Departamento del Distrito Federal–, en depósito de las aguas cloacales del valle de México y de la capital del país, que diariamente expulsa casi 40 mil litros de aguas negras por segundo. Abarca mil 26 hectáreas y tiene capacidad para almacenar hasta un millón 198 mil metros cúbicos de agua.
Matías Castillo Barrera, originario de Pedro María de Anaya, uno de los municipios ribereños del embalse, cuenta que, por el nivel de contaminación, a los campesinos se les han muerto sus borreguitos y otros animales en la orilla del depósito; de pronto se truenan al beber agua y comer en los prados circundantes.
Aun así, es común ver caballos pastando en la ribera y perros bebiendo el agua infectada, sobre todo cuando baja el nivel de la presa, lo que además deja al descubierto millones y millones de botellas de pet en el suelo, que se van por el desagüe del valle de México y el Distrito Federal hasta el río Tula y a sus afluentes en el estado.
El río Tula, por supuesto, está altamente contaminado. Transporta 409.42 millones de metros cúbicos anuales de aguas residuales. La peste se extiende cuando uno se acerca a su ribera, atestada de basura, con la consecuente proliferación de zancudos, moscas, ratas, cucharachas y más, frente a asentamientos habitacionales en sus márgenes. Se trata de viviendas de precaristas, entre las que se encuentran casas de ladrillo y cemento.
El hedor se percibe en el camino que lleva del centro del municipio a su zona arqueológica, donde se encuentran los Atlantes –colosales estatuas de la cultura tolteca–, y que representan la principal atracción turística de Tula de Allende.
En junio, Honorato Rodríguez, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de Hidalgo, reconoció que el río representa el mayor riesgo de contaminantes para el agua y, de no tratarse, el problema generará polución con efectos durante más de medio siglo.
Uno de los afluentes del Tula, el río Salado, también contribuye a llevar altos índices de polución a otros municipios hidalguenses, como Atotonilco de Tula, por donde atraviesa, a menos de una hora de la presa Endhó.
Este río posee una estremecedora cascada de aguas negras que produce una gran capa flotante de espuma con bacterias, virus, hongos y parásitos, en medio de fétidos olores que impregnan el lugar.
Martha Monterrubio Hernández, regidora del ayuntamiento y parte del Movimiento Ambientalista Pro Salud Apaxco-Atotonilco, vive a unos pasos de él, y apenas se acerca a la ribera sus ojos se enrojecen y empieza a tener secreciones.
Tiene 32 años y recuerda que siempre
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