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La Sociedad Y El Hombre De Antes


Enviado por   •  6 de Noviembre de 2012  •  2.268 Palabras (10 Páginas)  •  417 Visitas

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Capítulo I

La Sociedad y el Hombre de antes

No pocas veces se nos presenta la historia de la humanidad como una serie ininterrumpida de triunfos, logros, alcances, victorias y superaciones. Incluso de las guerras solemos rescatar lo bueno y los héroes caídos en batalla son ensalzados a más no poder, lo cual no está mal pero nos ayuda al mismo tiempo a definir un panorama general en el que el movimiento de la especie es siempre hacia adelante. Incluso se escucha a menudo que aquellos que están a contracorriente de la historia están condenados a desaparecer. No siempre la humanidad tuvo esa visión de sí misma.

Lejos ya de la dicotomía ideológica capitalismo-comunismo (aunque quedan aún rezagos del bloque comunista de mediados del siglo pasado, lo más probable es que estén condenados a desaparecer), instalados en una civilización postindustrial en la que el poder del dinero impera, cabe hacer una evaluación de la evolución de la humanidad y asimismo darle un vistazo a lo que se viene para la especie a decir de los profetas del futuro. Entre estos últimos sin duda el más exitoso en sus pronósticos y quien más atrapa a las generaciones actuales es Alvin Toffler, porque a pesar de presentar el cambio de la sociedad mundial de manera en que se pueden vislumbrar los terribles peligros a los que se enfrenta, permite destilar un halo convincente de optimismo, fundamentado en la fortaleza de la humanidad como especie y la fe en el hombre como supremo ser individual. Así pues, la lectura de sus más celebrados libros, “Shock Future” y “The Third Wave” despierta, en quienes pasean por sus páginas, una fascinación a la cual es difícil sustraerse, sobre todo si no se tiene una formación sólida en ciencias sociales y economía, no se hacen lecturas alternativas y comparativas o definitivamente no se está en contacto con los grandes problemas de la actualidad.

La cuestión central es que el optimismo exagerado es un mal tan potencialmente dañino como el pesimismo. Este no permite avanzar, aquél nos cierra los ojos frente a las fallas de un sistema y de un derrotero que las produce en grandes cantidades y que se justifican en aras del siempre bien ponderado progreso, idea sobre la cual habremos de volver.

1. La sociedad humana antes de nosotros

Es sencillo suponer que la humanidad ha cambiado mucho desde hace 10 000 años, momento en el que más o menos se define nuestra especie, el homo sapiens. Durante esos mil siglos el hombre ha realizado progresos incomparables con todo lo anteriormente avanzado por la especie.

En el colegio se nos ha enseñado, en los cursos de historia, los avatares de esa evolución, tanto a la luz de las escuelas clásicas como bajo las consideraciones marxistas de la evolución histórica (materialismo histórico). Sin embargo, en su libro “La Tercera Ola”, Alvin Toffler nos pone en contacto con una visión de la historia mucho más panorámica, simple y por ello mismo más “digerible”, la cual por supuesto ha de tener sus fallas pero que sin embargo sirve a nuestro propósito explicativo.

En primer término hemos de referirnos a lo que se quiere significar con “ola”. La cuestión es bastante gráfica, una ola “avanza arrastrando en su dirección todo lo que se le pone al frente”; en tal sentido nos comunica un mensaje de “progreso” (avance), de recambio y de inexorabilidad. Así pues, Toffler utiliza tal metáfora para referirse a las más importantes revoluciones que ha visto la humanidad, sobre todo en su aspecto económico, que por supuesto ha trascendido a todos los demás ítems de la vida humana.

1.1.- La Primera Ola.- La primera gran revolución, la primera ola, está determinada por el descubrimiento de la agricultura, que supuso para el hombre el paso de una civilización simplemente recolectora-depredadora a una civilización productora de recursos, es decir, que podía producir sus propios alimentos y por lo tanto no estaba tan a merced de la naturaleza, o lo estaba menos, que los hombres de las cavernas. Ciertamente, la posibilidad de asentarse en determinadas zonas del mundo favoreció la aparición de las aldeas, las ciudades y los estados, con la consiguiente aparición de las divisiones sociales, el trabajo esclavo y las guerras entre reinos e imperios. Todos estos elementos generaron un cambio en el modo de relacionarse entre los seres humanos, del mismo modo que cambió su manera de ver la naturaleza y relacionarse con ella.

Las claves para entender este periodo de la evolución de la sociedad son, según Toffler.

- Actividades productivas: Agro, ganadería y artesanía.

- Agrupaciones sucesivas cronológicamente en aldeas, ciudades y estados.

- Autoabastecimiento como sello distintivo, el comercio existe pero es dificultoso y muchas menos personas sobreviven gracias a él de los que dependen del agro y la ganadería.

- Las fuentes de energía son animal, hidráulica y humana (esclavitud)

1.2.- La Segunda Ola.- La humanidad permaneció inmersa en la primera ola por lo menos hasta finales del siglo XVIII e inicios del siglo XX; aún después de ello la mayor parte del mundo ha seguido viviendo en la primera ola hasta el siglo pasado y hay pequeñas sociedades que aún lo hacen.

El punto de partida de la segunda ola es la Revolución Industrial, en tanto que comporta una transformación drástica de los medios de producción y de comunicación, lo cual genera un cambio decisivo en las relaciones sociales y económicas.

El invento de la máquina permitió la fabricación de mayor cantidad de artículos, idénticos en forma y calidad; suplantó el trabajo animal y la mano de obra, aceleró la concentración de la población en las ciudades, obligó a la especialización e impulsó toda una nueva mentalidad respecto de la explotación de los recursos humanos y medioambientales, subordinando los efectos sobre estos elementos al aumento y baratización de la producción.

Las comunicaciones variaron también con inventos como el ferrocarril y los barcos a vapor, cuya utilización redujo ostensiblemente el tiempo para unir distancias que antes de ellos se medían en meses e incluso años. Mayor todavía habría de ser el impacto de inventos como el telégrafo y el teléfono que prácticamente hicieron desaparecer la distancia entre los lugares en los cuales se contaba con ellos.

Surgen pues en la sociedad propia de la segunda ola conceptos como el nacionalismo, que alentó y derivó luego en los países más poderosos en el imperialismo; al mismo tiempo, se introduce una concepción mecanicista de la sociedad que deriva luego en la aparición de lo que Toffler llama en el capítulo IX de su “Tercera Ola” la indusrealidad, es decir: “el grupo culminante de ideas y presunciones con que se enseñaba a los hijos del industrialismo

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