La Trampa del Dolar

LA TRAMPA DEL DÓLAR

En tiempos de pandemia, se hace necesaria la disertación y el análisis de manera muy quirúrgica; termino este muy utilizado últimamente, debido al trabajo de la mediática internacional, quien a través de su agenda informativa, trata de ocultar toda una serie de situaciones que sacuden al mundo; posiblemente consecuencias del Covid-19 o simplemente consecuencia de políticas ejecutas por diferentes Gobiernos en el mundo. Lo cierto, es que la humanidad está cambiando, el mundo tal como lo conocemos está sufriendo cambios en sus estructuras, el tablero de ajedrez; presentado por Brzezinski, no está del todo claro en estos momentos.

Los medios informativos hegemónicos y los progresistas, todos se manejan dentro de la agenda del Covid-19, la pandemia, sus causas y consecuencias. Esta situación de alguna manera oculta otra serie de problemas que acontecen en el globo terráqueo, que deben ser tomados en consideración a la hora de hacer análisis sobre la situación que se está presentando en el mundo, que se está presentando en los 195 países que conforman el sistema internacional.

Por dar ejemplos, solo me remito al caso de la República Cooperativa de Guyana, en la cual se estaban realizando unas elecciones antes de la pandemia, y que a la fecha se desconoce que sucede o que sucedió, sigue en el poder Granger? El asunto es que las elecciones en Guyana fueron objeto de un desconocimiento por parte de algunos actores que participaron en la misma. En estas elecciones, la oposición denuncio un fraude, y la situación fue tan grave, que la Caricon tuvo que intervenir para buscar una solución. A la fecha no se ha dado información al respecto.

En el mismo orden de ideas, en la misma Guyana, se presenta el hecho de la explotación de petróleo en el pozo Liza 1 en el bloque Stabroek. Desde el mes de diciembre del 2019, Guyana ha estado junto a la ExxonMovil, produciendo petróleo he importándolo a través de la Shell. Para el mes de marzo, ya la ExxonMobil le había entregado cinco millones de barriles de crudo, correspondiente al contrato que existe entre ambos, a Guyana solo le queda recibir el 2% en regalías producto de la producción bruta de crudo en dicho pozo.

A pesar de que toda esta información ya se manejaba antes de la pandemia, en la actualidad, en ningún informe o artículo que trate sobre la caída de los precios del crudo, se toca este tema. La gran mayoría coincide en que la sobreoferta y la disminución de la demanda; producto de la pandemia, han ocasionado la caída drástica de los precios. Pero en esa sobreoferta, solo se habla de Arabia Saudita y Rusia, por ningún lado se menciona a Guayana.

Ahora bien, vamos al caso que nos corresponde y es lo referente a Venezuela, el cual; dentro de la agenda pandemia, es un tema obligado y referencial en los medios hegemónicos, a través de los cuales se despliega toda una guerra mediática con la cual se fortalece la guerra económica que constantemente asedia a Venezuela. A través de los medios hegemónicos, se busca crear condiciones que permitan mostrar al mundo que en Venezuela existe un “narco estado”, y que la “crisis económica”, está matando de hambre al pueblo venezolano. Aquí se tocara lo referente a la “crisis económica”, ya que lo de “narco estado”, le queda mejor a EE.UU y Colombia, el primero por ser el país en donde más se consumen drogas y el segundo por el país con mayor producción de drogas en el mundo.

Para entrar en contexto, desde la llegada al poder del Cmdte de la Revolución Bolivariana Hugo Chávez, el gobierno de los EE.UU se ha dedicado, junto a la oposición venezolana, a generar condiciones objetivas y subjetivas, que permitan crear en la opinión pública, nacional e internacional, la sensación de que la propuesta de la Revolución Bolivariana, y la creación del Socialismo del siglo XXI, son los causantes de la crisis económica que se vive en el país. Nada más lejano a la realidad, cuando se tiene conocimiento de que ha sido el gobierno de los EE.UU, a través de sus sanciones unilaterales, las que han creado todo un ambiente de desequilibrio económico, propiciando una crisis, a la cual el Gobierno venezolano, le ha tenido que saltar al paso y contrarrestar con medidas algo ortodoxas o nada convencionales.

Al respecto, se puede asumir que si el sistema socialista es “malo”, cual es la insistencia del Gobierno norteamericano en mantener su acoso y asedio sobre el país, cerrándole todo el acceso económico y financiero, e incluso, provocando el colapso de la industria petrolera venezolana, principal fuente de riqueza del país. Si el socialismo es malo, porque no dejar que el solo se destruya. Al parecer, las cifras que muestra Venezuela en el ámbito económico y social, incluso en crisis, son números que dan cuenta que las políticas públicas aplicadas por el Gobierno venezolano han dado resultados positivos y han logrado paliar la crisis, dando origen a nuevas expectativas y metas para alcanzar el verdadero socialismo. Esto al parecer no le agrada el imperio norteamericano y sus lacayos.

Además de las sanciones unilaterales, hay un instrumento que ha hecho mucho daño a la economía venezolana, particularmente a nuestra moneda el Bolívar. Es el llamado dólar paralelo. Este instrumento de valoración entre el Bolívar y el dólar de carácter ilegal, ha logrado desde lo objetivo, destruir el poder adquisitivo de quienes viven en Venezuela y desde la visión subjetiva ha logrado posicionar la idea de que el uso del dólar y su legalidad serian la solución al problema económico existente en el país.

Cuando nuestra moneda comenzó a perder valor, de manera recurrente y continua, frente al dólar norteamericano, el INPC se disparó, producto de un desequilibrio entre la oferta y la demanda (inflación), esta situación llevo a comerciantes y empresarios a vender sus productos a un precio que se calcula de manera diaria, tomando en cuenta el cambio del día, de esta manera empresarios y comerciantes protegían sus inversiones e iniciaron un hábito que se hizo común. En Venezuela marcar los precios a partir del dólar no es nuevo, por ser un país que importa lo que no produce, los precios de esos insumos o bienes de consumo final, son expresados en Bolívares, pero calculados al cambio.

Lo que sí es innovador, es el hecho de usar dólares en efectivo en las transacciones comerciales y expresar los precios de venta en dólares, lo que ha obligado a los consumidores a usar el dólar como moneda de cambio, legitimando toda una estructura de dolarización de la economía venezolana. Desde el punto de vista legal, la moneda de curso es el Bolívar, y toda la estructura económica debería estar expresada y funcionar en dicha moneda, pero en vista de la mala situación económica y bajo la anuencia del Gobierno, se ha legitimado el uso del dólar, como moneda de intercambio y de expresión de valor.

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