La Vida Urbana
Enviado por jd.viveros • 17 de Septiembre de 2013 • 638 Palabras (3 Páginas) • 420 Visitas
LA VIDA URBANA
La aparición de los burgos.
El renacer de las ciudades se inició a partir del siglo XI, cuando las abadías y los castillos tuvieron excedentes agrícolas para vender se convirtieron en centros de intercambio, que atraían a campesinos y comerciantes. Si, además, dichos centros se encontraban en una confluencia o encrucijada de caminos o en un puerto mucho mejor. De este modo, junto a las iglesias, los castillos y las abadías aparecieron nuevos barrios que fueron el origen de las ciudades o burgos, por lo que a sus habitantes se les llamó burgueses.
La ciudad
Durante varios siglos, el crecimiento de las ciudades fue escaso. Pero, a partir del siglo XI, las antiguas ciudades cobraron nueva fuerza y comenzaron a poblarse, debido principalmente al crecimiento de la agricultura y al aumento de la población del campo.
Surgieron nuevas ciudades al lado de los castillos y los monasterios, en los cruces de los caminos y a orillas de los ríos. Las murallas que rodeaban a las ciudades servían para asegurar su protección. Los edificios característicos eran las iglesias, el palacio episcopal, y el palacio comunal, sede de la administración de la ciudad. En el centro de ella solía encontrase la plaza de mercado, lugar donde se desarrollaba la actividad comercial.
Los burgueses
Los habitantes de las ciudades eran conocidos como burgueses. Su riqueza y su poder se basaban en el dinero y no en la tierra. El hecho de no dedicarse a las actividades rurales ni a la guerra los distinguía de los campesinos y los nobles, conformando un nuevo grupo social: la burguesía.
Estos pequeños núcleos urbanos pronto intercambiaron sus productos con aquellos que les traían los campesinos vecinos, que producían excedentes agrícolas.
Se inició, así, una nueva división del trabajo: los campesinos producían comida y materias primas a cambio de los productos manufacturados de los artesanos (herreros, tejedores, sastres, ceramistas…), que se concentraban y se especializaban en las nuevas ciudades.
El trabajo artesanal se organizaba se organizaba en pequeños talleres, cuyo propietario era el maestro artesano, quien disponía de sus propias herramientas. Se trataba de un trabajo manual, y en el mismo taller se realizaba todo el proceso de producción.
La vivienda – tienda-taller (que lo era todo a la vez) del maestro se abría a la calle con un gran ventanal en la parte baja. Allí se encontraba el taller y la tienda; y a menudo una parte del trabajo se realizaba en la calle.
Para controlar la producción y la cantidad de sus productos, los maestros artesanos de cada oficio se organizaban en gremios.
El gremio se preocupaba de mantener el cumplimiento de una serie de normas; nadie podía realizar su oficio en una ciudad sin el permiso del gremio; todos los maestros artesanos debían trabajar las mismas horas, que señalaban las campanas
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