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La democracia como vía al desarrollo


Enviado por   •  28 de Junio de 2020  •  Apuntes  •  2.615 Palabras (11 Páginas)  •  141 Visitas

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La democracia como vía al desarrollo

El devenir del proceso histórico del hombre ha sido muy complejo en todos sus periodos, en el sentido de la convivencia en sociedad, pero que, de alguna forma, y por evidencias que ampara la historia, ha sabido darle un cierto matiz de organización y hasta cierto punto, orden. El asutralophitecus, el homo habilis, homo erectus y el homo sapiens han sido guiado por sus instintos y necesidades, logrando adaptarse en “sociedad” empujados por dichas necesidades como las alimenticias y las de refugio, aunado a ello aquellos factores climáticos por los cuales también han logrado su estabilidad y sedentarismo, estableciendo así las primeras culturas y sociedades que darían inicio al mundo que conocemos hoy en día. Egipto y Mesopotamia son aquellas sociedades antiguas de las cuales tenemos testimonios de una forma de organización establecida para salvaguardar el buen gobierno y el bien común, donde a orillas del Nilo de extendía el reino de quienes serían los grandes señores de aquellas civilizaciones, llámese el gran Ramsés, el implacable Tutankamón, el imponente Ptolomeo, o las hermosas Nefertari y excepcional Cleopatra, estos faraones son el claro ejemplo de que la autoridad política es de apremio para toda sociedad en aras del orden y la convivencia.

Con el avance científico, avanza el pensamiento, acompasados en satisfacer las necesidades básicas del hombre para su subsistencia, y fue así como a través del avance de los siglos el hombre llego a consolidar reinos, donde el Sacro Imperio Romano jugó un rol crucial para las nuevas formas de vida y de gobierno, con herencia griega por supuesto. Fue en el ocaso de este gran imperio que se establecieron los reinos europeos que conocemos como Galia, Hispania, Britania, Portugal, Italia; este sistema de gobierno ahora recaía en los monarcas y ya no en emperadores, estos jefes reales salvaguardaban la integridad de su reino bajo un regimos absolutista que a su vez era, de cierta forma, dictatorial, que muy pocas o nulas veces escuchaba la voz del pueblo.

El límite de un reino siempre ha desconocido la voluntad del pueblo, llegando a la opresión y al despotismo, es por ello que el violento reaccionar del pueblo francés le mostró al mundo entero que el poder del pueblo y su voluntad es sustancialmente superior al de cualquier linaje real o personaje que por encargo divino debe asumir y conducir los destinos del pueblo, es por ello que triunfó la voz del pueblo francés ante los deseos y voluntades atrofiadas e irracionales de una María Antonieta o un Luis XVI que tan solo saciaban sus deseos y protegían sus intereses de una manera muy egoísta. Fue así entonces que los Gobiernos Representativos se asumieron como la nueva figura de gobierno en el mundo moderno, donde aquel año crucial de 1789 cambiaría el destino de los pueblos para siempre, siendo la semilla el constructo y esencia de la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, logrando así constituirse como la primera evidencia expresa donde la voluntad y el individualismo humano se hace sentir como el eje de todo buen gobierno justo y democrático.

Pensar en el ideal de un buen gobierno acarrea muchos factores que en la práctica son complejísimos, ya que un gobierno eficiente solo es resultado de procesos y cualificaciones sociales e institucionales que conlleven al fortalecimiento y crecimiento estatal; siguiendo este lineamiento respecto a la forma ideal de gobierno que consecuentemente traiga el desarrollo y la justicia social de los pueblos, considero que la democracia es aquel único sistema que puede brindarnos la plena confianza de que el ideal de un buen gobierno sí es posible, pero no es cuestión de anhelos y buenas voluntades, el éxito de un gobierno basado en democracia solo dependerá del buen manejo del sistema gubernamental, con eso me refiero a que solo con la educación aunada al fomento de una cultura política y al fortalecimiento institucional se podrá alcanzar el sueño de una patria creciente y de primer mundo.

Líneas arriba sostuve que la democracia es aquel único sistema de gobierno que lleva al éxito a los estados, una ejemplificación perfecta es el bello país de Suiza y democracia directa, donde los ciudadanos tiene una participación casi total en todas las decisiones relevantes que toma gobierno, esto demuestra que solo un gobierno que antepone y centraliza al ciudadano como la razón de ser su ejercicio gubernamental puede lograr tales éxitos, ya que con esa participación ciudadana la cultura política se extiende en el subconsciente de los suizos despertando así el sentido del compromiso consigo mismo, con sus cantones y con su país. Suiza ha logrado el sitial que hoy tiene poniendo en práctica políticas públicas que han desarrollado a la nación y al estado cualitativamente.

Ahora bien, si hablamos de democracia donde la libertad, el respeto y la justicia conforman el trípode axiológico que le dará el horizonte a un determinado estado, debemos considerar primero que para que puedan existir garantías democráticas que permitan la armonía y el orden social, debe existir antes una autoridad política, la misma que debe ser vista como aquel elemento que evitaría aquella “condición natural de la humanidad” a la que se refería Thomas Hobbes, la misma que sostiene que en ausencia de una autoridad política esta se activaría y conllevaría consigo una competencia feroz por cubrir las necesidades básicas propias, en la que todo el mundo teme constantemente ser atacado y en la que todo el mundo en consecuencia se siente inclinado a dar el primer golpe. Es por ello que existe una razón suficiente para la existencia y primacía de una autoridad política, en vista de que es ella la que proporciona la seguridad necesaria para confiar en los demás, y en un clima de confianza la gente es capaz de cooperar y producir todos esos beneficios que según Hobbes le faltan a la “condición natural”.

De aquí es que parte que la cooperación entre personas es imposible donde la confianza está ausente, obedeciendo su ausencia a la falta de un poder superior que haga cumplir la ley. Por otro lado, pensar en ideas anarquistas sería algo utópico e irrisorio puesto que ninguno de los dos grupos anárquicos, ni los comunitaristas ni los de mercado podrían establecer un orden y un consenso general ya que los intereses y voluntades personales entran en una dialéctica violenta para ver quién prioriza su voluntad, es por ello la necesidad de crear un órgano con el poder y la autoridad suficiente como para imponer el mismo conjunto de normas a todo el mundo, recreándose así la figura de un “Estado”. Ahora bien, es importantísimo que tengamos en consideración que lo central no es que exista una autoridad política en sí, sino qué tipo de autoridad política tener y cómo determinar sus límites, es aquí donde entra a tallar el sistema gubernamental que escucha la voz de todos a quien le llamamos democracia.

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