La diversidad del alumnado y su importancia

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El artículo que se nos presenta trata la pregunta de si sigue siendo hoy en día la Universidad un ascensor social.

Analizando los datos, la respuesta es que si, aunque depende de la clase social a la que pertenezcas igual no es posible coger ese ascensor. Un factor clave para este estancamiento de la movilidad social es la desigualdad. Así lo refleja un informe de la OCDE que os adjunto. En el se puede apreciar cuantas generaciones hacen faltan en distintos países para que aquellas personas nacidas en familias de bajos ingresos se acerquen a la media de ingresos de su sociedad. Como dice la frase “la desigualdad no solo condiciona el presente, si no que al heredarse también condiciona el futuro”.

Un claro ejemplo es España, durante las últimas crisis acontecidas, el crecimiento económico ha beneficiado sobremanera a las rentas más elevadas, habiéndose acusado los procesos de movilidad social descendente (destrucción de la clase media). Este factor es clave, ya que, en un hogar existen dos vías de lograr esa movilidad social. La directa, es decir, por nacer en un determinado ámbito familiar ya cuentas con ciertas posibilidades, debido a la actividad de tu familiar, tipo de vida, contactos que puedan tener, entre otros y la indirecta, que tendría que ver con el acceso a educación.

En resumen, la educación es la única manera que le queda a muchas familias para poder ascender socialmente.

Pero una vez subido en ese “ascensor”, ¿es viable acceder a las plantas más altas? Desde mi punto de vista, este movimiento social es limitado, ya que como mencioné anteriormente, la posición social que se hereda en muchos casos es un limitante. Con esto, me gustaría abrir un debate para conocer la opinión del resto de los compañeros y compañeras.

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