La economía colonial: la transferencia del sistema productivo europeo en Nueva España y el Perú

La economía colonial: la transferencia del sistema productivo europeo en Nueva España y el Perú.

Carlos Sempat Assadourian.

Luego de la caída de la Gran Tenochtitlan, los españoles empezaron a importar las ideas de la producción mercantil en la Nueva España para generar nuevos ingresos y beneficiar a la Corona Española.

Una vez que se fueron introduciendo las bases tecnológicas, así como la arquitectura jurídica y las formas de cálculo que regían su producción, la Nueva España fue tomando forma de sus principales sectores económicos como la minería.

El autor menciona que la política de la utilidad económica se percibió con mayor definición a partir de 1568 con las granjerías de minas y otros aprovechamiento y arbitrios de Indias.

Todos los elementos de la política que se aplicaron en la Nueva España y el Perú a partir de 1568 tenían ya cierto grado de desarrollo antes de esa fecha.

Por un lado, Hernán Cortés dedicó parte de sus afanes al cultivo del azúcar y la fabricación de navíos; mientras que en Perú, Hernando Pizarro se encargó de traer gente especializada en minería para empezar explotar recursos como la plata.

Para obtener mayores ingresos a través de las alcabalas y del almojarifazgo (ambos eran impuestos, uno al comercio y otro a las mercancías), uno de los aspectos que analizó la Junta Magna fue impulsar la producción de la plata y que fuera transferida a España.

“(…) con la necesidad de recaudar mayores ingresos para la Real Hacienda, la Junta proyectó introducir el impuesto de la acabala e imponer ajustes a los del almojarifazgo”, expone el autor.

De esta manera, la definición del actor primordial de la economía colonial quedo remarcada en el primer capítulo de las instrucciones de 1568 sobre minas dadas a los virreyes Francisco de Toledo y Martín Enríquez, que gobernarán durante una década  el Perú la Nueva España respectivamente.

Ambos virreyes promovieron la minería mediante políticas de distinta intensidad. Para la Nueva España se aseguró la provisión del azogue de Almacén.

En el Perú, el virrey Toledo impuso la mita para las minas de plata de Huamanga y las de azogue de Huancavélica y auspició los ensayes que permitieron aplicar la tecnología del azogue a los metales de baja ley de Potosí. Después, Toledo entregó estos territorios a empresarios, los cuales al expandirse de manera rápida se les impusieron mayores gravámenes.

“La política estatal de fomento a la minería de la plata determinó un ciclo fuertemente ascendente de la producción tanto en el Perú como en Nueva España”.  

Con respecto a la producción agrícola, los europeos dieron enorme importancia a las producciones indígenas de gran demanda en el mercado interno o en el internacional en productos como coca, cacao, grana, cochinilla y maíz, y trataron ya sea de asumir derechos de propiedad sobre la producción o de controlar su comercialización.

Menciona que antes de la invasión europea, el algodón era uno de los componentes básicos de las culturas mesoamericana y andina; tenían un alto desarrolló del tejido de esta fibra y era considerada como la otra actividad esencial, junto a la agricultura.

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