La educación y el desarrollo social y científico

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Materia: Desarrollo Social y Científico

Actividad: 

Síntesis del capítulo 2

Áreas del conocimiento 

Profesor: Elizabeth Ávila Reyes

25 de junio de 2019

CAPÍTULO 2

ÁREAS DEL CONOCIMIENTO

2.1. El ámbito profesional de las áreas del conocimiento

La vastedad del conocimiento ha derivado en la necesidad de organizarlo en ramas, subramas y especializaciones, describir y precisar sus ámbitos de estudio y las actividades profesionales que le son propias, lo anterior con el objeto de lograr el desarrollo social y científico.  Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha realizado investigaciones internacionales para contar con una clasificación adecuada de las distintas áreas del conocimiento. En ese orden, ha desarrollado documentos y proyectos en esta área, tales como la "Revisión de la clasificación internacional normalizada de la educación: campos de educación y formación" y el proyecto internacional denominado "Tuning" mediante el que se determina las competencias de todo profesional y de las diversas áreas del conocimiento.

2.2. Interrelación de las áreas del conocimiento en la actividad profesional

En este numeral se precisa la importancia, características, dos de las corrientes de pensamiento más importantes del trabajo colaborativo y algunas de las estrategias para el desarrollo de dicha competencia. Primeramente se remarca lo esencial de la colaboración en el logro de objetivos de un equipo de trabajo  y enumera sus características según Johnson, Johnson y Holubec (como se citó en Hilarión, 2016) en los términos siguientes:  su objetivo es maximizar el aprendizaje y la experiencia, cada miembro del grupo asume su responsabilidad propia,  los miembros se esfuerzan en el mismo nivel, todos los miembros son responsables de dirigir el proceso y son capaces de evaluar su propio desempeño.

En relación a las corrientes de pensamiento describe dos de las más importantes: perspectiva de la interdependencia positiva y la estructura y el entorno del trabajo colaborativo.  La interdependencia positiva implica la competencia y compromiso con un objetivo común. Los miembros entienden que cada uno tiene la capacidad de aportar algo exclusivo al esfuerzo en conjunto debido a la información con que cuenta, al rol que desempeña dentro del grupo y su responsabilidad en la tarea. En estos grupos se fortalecen las debilidades o se complementan con otros miembros las que les hacen falta. El esfuerzo común implica un compromiso hacia un objetivo que puede alcanzarse en un tiempo determinado y que pueda medirse con indicadores de desempeño, además los miembros saben en qué dirección moverse, qué hacer cómo y cuándo. En estos grupos la asignación de roles o de responsabilidad es fundamental. Finalmente, en los grupos colaborativos se especifican los objetivos y no los medios, con la meta de que los miembros aprovechen todas sus capacidades. En la perspectiva de la corriente mencionada en segundo lugar, se establece que de acuerdo a Luecke (como se citó en Hilarión, 2016) el punto de partida en que debe estructurarse el trabajo colaborativo, es el establecimiento de una declaración o estatuto de grupo mediante un escrito conciso que contenga como mínimo la relación y prioridad del trabajo de equipo con los objetivos de la organización, marco de tiempo previsto para el trabajo, descripción concisa de los resultados, beneficios, asignaciones, recursos disponibles, los miembros del grupo y sus responsabilidades.

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