La eficacia del gobierno en la lucha contra la inseguridad

La eficacia del gobierno en la lucha contra la inseguridad

La responsabilidad de las autoridades de una localidad es satisfacer las necesidades generales y buscar el bien común de las personas que habitan dicho lugar, no obstante, cumplir con las expectativas de la gente es tarea difícil y cuando no se logra, el gobierno recibe muchas quejas y muestras de inconformidad respecto a su trabajo.

Es imposible acabar con todos los problemas que ocurren, es más complejo de lo que parece. Sin embargo no hay excusas para la gran deficiencia con la que se desempeñan las autoridades, ocurren hechos que comprueban la poca productividad que tienen los individuos que se encargan de la seguridad de una comunidad. Ejemplo: el asesinato  brutal ocurrido en Zapotlán hace ya varias semanas. La noticia salió en la primera plana de los periódicos que circulan en los alrededores del municipio y toda la gente se enteró, a pesar de eso, no se ha castigado a los involucrados en el homicidio. ¿Por qué? Hubo muchos testigos, la policía sabe quienes participaron en la tragedia que le arrebató la vida a un hombre, saben todo y no hacen nada. Este y muchos otros casos sirven para demostrar que la jefatura que nos rige no se preocupa por evitar situaciones graves en los pueblos, no les importa actuar con rectitud ni hacer pagar a los criminales, sólo fingen hacerlo, aunque la mayoría de las veces ni siquiera se preocupan por eso.

Las causas en la inseguridad de un municipio son varias y no podemos culpar de todos los problemas sociales a un solo grupo de personas, sin embargo es innegable que la obligación de los dirigentes es que la violencia y problemas en la comunidad disminuyan al menos en un porcentaje. El gobierno es el mayor responsable de las deplorables condiciones de vida y la inseguridad de este país. Los ciudadanos no podemos hacer justicia por nuestra propia mano, ellos son quienes deben interceder por nosotros, sin embargo no cumplen su función y la gente ya está harta de esperar que ellos actúen.

Los policías son lo más cercano de un gobierno a los habitantes, pasan al lado de nosotros o los observamos vigilando lugares. Innumerable es la cantidad de veces en las que no están haciendo nada productivo cuando los vemos; la mayoría no hacen más que desatenderse de sus responsabilidades como autoridad y procrastinar. Detienen a las personas, jóvenes sobre todo, por estupideces, abusan física y mentalmente de los reos, aprovechándose de su poder humillan a los individuos en plena calle, andan en sus vehículos según ellos vigilando el orden aunque más bien parece que se están paseando, y  cuando ocurre algo en lo que tienen que involucrarse y actuar, curiosamente “están ocupados”, “nadie los llamó”, “había algo más importante”, etc. ¿Por qué no se meten en los asuntos que realmente les incumben? Parece que un robo a la señora de la tienda no es importante, que el asalto que sufrió el profesor que iba al trabajo no tiene relevancia o que el abuso sexual hacia la niña de 14 años que andaba fuera de casa por la noche no es asunto que ellos deban resolver, porque  siempre tienen algo más urgente que solucionar. Cuando pasa algo más grande y trascendente que provoca el  morbo de muchas personas, los policías desaparecen, se esfuman como neblina y hacen oídos sordos a los llamados de la comunidad.

Hay que reconocer que no siempre pasa esto, hay ocasiones en las cuales si se involucran, esto depende de la persona que haya sido víctima del delito que la policía debe resolver; nadie contradice a la afirmación de que la justicia no procede de igual manera cuando secuestran a un campesino o persona de clase media baja, que cuando raptan a un abogado o un empresario con un poder adquisitivo considerable. Simplemente por tener contactos dentro del gobierno, usted puede exigir que se le ayude cuando surja un problema o necesidad que ellos puedan resolver, pero si no cuenta con conocidos y tampoco tiene dinero para ofrecerles, no espere que lo socorren en caso de necesitarlo. La policía no trabaja de a gratis y el gobierno no es quien le paga, sino nosotros; usted y yo costeamos sus salarios, pero a cambio no recibimos el servicio que ellos deberían otorgar.

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