La evasión de la responsabilidad se llama utopía

La evasión de la responsabilidad se llama utopía

     ESTANISLAO ZULETA. Elogio de la dificultad y otros ensayos. Discurso de aceptación del Doctorado Honoris otorgado por la Universidad del Valle, Cali, 21 de noviembre de 1980. 19 páginas, Bibliografía (pp. 6-11).

     Estanislao Zuleta, filósofo, escritor y pedagogo colombiano, en su obra “El elogio de la dificultad y otros ensayos” expone las ambiciones del ser humano por lo utópico e ideal, aquello que luce fácil de alcanzar en nuestra imaginación, y que llevado a la vida real nos daría la vida perfecta que todos buscamos, la cual carecería de sentido al concluirse tal deseo. Zuleta critica los pensamiento banales y egoístas que surgen en el ser humano, al mismo tiempo su incapacidad por tratar de culminar o si quiera dar el primer paso hacia el cumplimiento de estos.

     No me cabe la duda de que el hombre es soñador por naturaleza, así mismo bucéfalo cuando se trata de llevar lo que desea al plano real. Ha visto la necesidad de huir de la realidad, puesto que parece un poco difícil para él; lo hace a través de sus pensamientos, en los que solo caben las utopías. A lo largo del tiempo ha dejado en tela de juicio su valentía y su capacidad por desembrollar toda situación y poderse posicionar en donde está justo ahora. Otra decisión fue ser incapaz en el amor, el cual siempre ha buscado reemplazar por un modelo menos espinoso, uno en el que no existan problemas y así mismo no amerite soluciones; donde los besos y la pasión tenga el mismo sabor y color que en el primer momento, y aunque es un problema que solo lo afecta a sí mismo mientras permanezca en una burbuja, esta siempre corre el riesgo de perforarse y llevar este complique al resto de la sociedad. Cuando hablo de sociedad no me refiero a que la situación sentimental de uno pueda afectar directamente a los otros, sino a la evasión de su responsabilidad por mantener constantemente en la búsqueda de lo resuelto.

El atractivo terrible que poseen las formaciones colectivas que se embriagan con la promesa de una comunidad humana no problemática, basada en una palabra inefable, consiste en que se suprimen la indecisión y la duda, la necesidad de pensar por sí mismo, otorgan a sus miembros una identidad exaltada por participación, separan un interior bueno, el grupo y un exterior amenazante.” (Zuleta, 1980, pág. 15).

     Y he aquí la muestra más precisa de lo que me refiero puede salir de la burbuja y así afectar al resto de la sociedad; el hombre con su incapacidad de hacerse cargo de las responsabilidades que tiene allí afuera decide exonerarse de las mismas entregándolas, las suyas y al mismo tiempo la de los demás, a otro que promete cumplir con sus expectativas, aunque más adelante siempre resulta ser embuste. Sin darse cuenta, al entregar sus responsabilidades a alguien más también entrega su destino, su libertad, su capacidad de ir hacia sus utopías, puesto que nada de lo anterior tendrá cabida cuando ya no sea dueño de sus responsabilidades. Tan inepto ha llegado a ser el hombre, y la mayoría, que su falta de capacidad para resolver su vida, y al entregar tal poder a otro también ha hundido con él a aquellos que sí estaban dispuestos a lidiar con todo, dejando a la vista de todos, su gran egoísmo.

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