La globalizacion “proceso de internacionalización, de la política, las relaciones económicas, financieras y el comercio”

El diccionario define a la globalización como el “proceso de internacionalización, de la política, las relaciones económicas, financieras y el comercio”. En el origen de la globalización hay variados criterios. Algunos opinan que surge desde el mismo desarrollo del hombre y su expansión; otros consideran que fue producto del desarrollo de los antiguos imperios; hay quienes hablan del encuentro entre dos culturas y otros argumentan que es un proceso complejo que tiene su surgimiento y desarrollo en el siglo XX. Lo cierto es que el origen histórico de la globalización puede verse al tiempo que hacemos una interpretación de lo “global” y lo comparamos con lo mundial o internacional.

Este texto tiene como objetivo exponer los puntos de vista y posiciones sobre la globalización de tres escritores reconocidos: Mario Bunge, Juan José Sebreli y Mario Vargas Llosa.

En primer lugar, Bunge sostiene que la globalización “es muy parcial y unilateral”.

En segundo lugar, Sebreli afirma que la globalización está reducida a lo técnico y a lo económico y financiero, “en cambio el ámbito de lo político ha quedado afuera de su influjo al seguir en manos de los estados nacionales encerrados en sus fronteras”.

Y en un tercer lugar, Vargas Llosa alega que la globalización es un “efecto de la modernización”.

 Para Bunge la globalización sólo afecta a ámbitos parciales de la actividad humana y no genera necesariamente beneficios en ellos. Uno de los argumentos que presenta el autor es la vertiginosidad de flujos de capitales que trae consecuencias negativas. Una de ellas consiste en que ningún país cuente con inversiones seguras, lo cual desestabiliza las finanzas nacionales. Otra consecuencia es que el predominio de algunos países torna muy desiguales las posibilidades de circulación en las mercancías y los servicios en perjuicio de los países.

Dentro de los perjuicios que produce la globalización también se encuentran los culturales y sociales, donde Bunge señala “una invasión de productos americanos”, de este modo, según el autor, quedan desplazados los buenos productos culturales de cada nación y considera que esta irrupción trae como consecuencia que los pueblos se limiten a imitar y por lo tanto no progresen.

 Por otro lado, Sebreli considera que la economía se adecuó parcialmente a la globalización tecnológica. En cambio, la política quedó totalmente rezagada, limitada por los estados-nación, donde sigue habiendo política nacional en momentos en que el mundo es global. “Aquellos que, en busca de remedios, apelan a los viejos esquemas del nacionalismo económico en nombre de la defensa de una supuesta soberanía están fuera de tiempo, destinados a quedar al margen de la historia, girando en el vacío”, asegura el escritor. Este “desequilibrio”, para Sebreli señala el límite de la globalización.

Para Vargas Llosa la globalización no es la causa sino el efecto de la modernización, que en forma pronta o tardía se va infiltrando en las sociedades, haciendo que éstas dejen atrás sus costumbres, creencias, ritos etc. Por lo tanto, ésta  implica la pérdida de las costumbres de los países, quedando en un grupo minotario a aquellos que aún conservan sus tradiciones.

Además el escritor sostiene que con el paso del tiempo tendremos de cierta forma menos sensibilidad hacia nuestras culturas, orígenes, ceremonias, folclor, fiestas entre otras. Gran parte de la sociedad adoptará la nueva variedad de vida que la globalización les presente.

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