La historia continua en Londres

La historia continua en Londres. Ésta ciudad desplazó a París, como eje principal de desarrollo, intelectual, cultural y económico en los años sesentas en Europa. Y es aquí, donde la libertad sexual, explotó con los hippies. Por las estratagemas del destino nuestro intérprete, ya un poco maduro pasaría los días, entre ir y venir de Londres. Y, seguiría un curso extemporáneo de ruso, el cual por antonomasia era el idioma de su preferencia. Cuando el niño bueno fue a renovar su pasaporte al consulado del Perú, en Sloane Street, un día bondadoso de 1970, se encontró con un amigo de la niñez, compinche y compañero del Colegio Champagnat de Miraflores, Juan Barreto. Éste joven se había convertido en hippy y en uno de los mejores retratistas de caballos de Londres. Cada vez que Ricardo llegaba a Londres caía en el pied-á-terre de Juan Barreto, quien amablemente le había concedido a cuidado su pequeño apartamento. Juan viajaba mucho a Newmarket pues, era la ciudad centro de los equinos. En uno de los tantos retratos enviados por Juan al niño bueno, mientras Ricardo estaba en la casita de primer piso de su amigo pintor, a éste le pareció ver a su amada, madame Arnoux. Y, entonces escribió una carta a Juan. En la misiva de contestación, el pintor le contó a Ricardito, sobre la dama. Ella era Mrs Richardson. Nuestro personaje protagónico hizo lo posible, para llegar a Newmarket, todo con la finalidad de comprobar sus sospechas o por qué no volver a encontrar a su amada niña mala. Ricardo lo consiguió. La maligna niña terminó apareciendo una vez más. Y, estaba casada infelizmente, con un marido celoso y su vida tenía como eje principal la vida de los potros. Era la vida que había logrado sacarle a Mr. David Richardson, su marido, aunque ella odiara a las bestias rocinantes. Le quedaba eso o fugar una vez más.

Cuando nuestro maduro protagonista le busco la conversación a Mrs. Richardson, ésta se le negó, con desprecio y lo esquivó mientras pudo. Nuestro ya enfurecido niño bueno la agarró del brazo y la interpeló, en la fiesta ofrecida por Mr. David Richardson y a la cual había podido asistir nuestro testarudo niño bueno gracias a la afinidad amical sostenida por Juan Barreto con el actual cónyuge de la niña mala. "Sueltame Fucking beast"- dijo la malvada niña, cuando el niño bueno la interpelaba y así zafó de un gran lío en el que pudo haberla metido nuestro papel principal. Pero éste antes de soltarla le amenazó con decirle a David, su esposo, que ella estaba casada en Francia. Ella respondió a la amenaza con un: "Oh, my God! You are learning, niño bueno."

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