La historia de un aliado que se quedó en el camino

Día 1.- La historia de un aliado que se quedó en el camino.

“More than an ally…”

-Qué quieres que te diga Frank, me han pasado muchas cosas, más de las que creí necesarias en estos, poco más de seis años, he perdido a muchas más personas de las que creí capaz de soportar. No sé quizá el tiempo logre curar todas las heridas, pero sabes solo hay una persona a la que realmente extraño. – Miro hacia la pantalla del computador, leyendo las pequeñas notas sobre las citas que tenía pendientes.

- ¿Quién Marce?- Pregunto su asistente con curiosidad, para él escucharla hablar era interesante, a veces le parecía fantasioso, pero la conocía bien, sabía todo lo que había a su alrededor y que iba mucho más que un cuento fantástico.

-Un chico y antes de que empieces a burlarte escucha bien. - Dijo ella levantando su vista y riendo con algo de calma, tomo la taza de café junto al monitor llevándola hasta sus labios para dar un ligero sorbo a la bebida, dejándola de nuevo en su sitio. -Su nombre era Jean, lo conocí hace unos años en Hamburgo, él era un met, Digo era, porque, bueno tu sabes cómo es esto, ¿no? - Un suspiro un tanto melancólico abandono sus labios y bajo su vista.

-Una vez me preguntaste de donde saque el apellido “Schwartz” ¿lo recuerdas?, pues de él. Siempre siento tan imprudente, tan loco, intentando hacerme creer que saldría con vida y pues, desde ese día no lo volví a ver…-

Hamburgo, Alemania

12 de mayo de 2013.

En buena hora se me ocurría salir y hacerle caso al idiota de Jean, esta no era la primera vez que me hacía caer en una de sus tantas ocurrencias, pero a pesar de eso, siempre obteníamos nueva información sobre Woodgate en Europa, no distaba en nada a todo lo que sucedía en los Estados Unidos, agentes, secuestros, asesinatos, experimentación, toda la misma mierda distribuida en cada rincón del mundo.

- ¿Estás seguro de esto?

-Vamos, mujer. Me vas a decir que te estás acobardando. No tenemos mucho tiempo, debemos entrar por el ala norte y sacar esos documentos, Sabes que esos hijos de puta tienen información sobre mi. -

-No me estoy acobardando, pero esto es muy arriesgado. Nos va a descubrir y ve en donde cojones nos estamos metiendo. -

-Marcelina, cállate y mueve el trasero que hay mucho trabajo. Olvidas que puedo hacerlos tragar tierra. -

-A veces muy hablador, Jeancito.-

-Tarada. -

-Idiota. -

[…]

La mirada de Marceline estaba perdida sobre el monitor, el ruido de la campanilla cada que alguien salía la trajo de vuelta.

- ¿Cómo era él? - Cuestiono Frank, tomando a Piaf entre sus brazos, uno de los gatos de ella que paseaba por el lugar.

-Pues, un poco idiota. -Río un poco, tomando un poco de aire. – Yo tenía 21 y el 24 cuando lo conocí por primera vez, en ese tiempo él trabajaba como escritor de una columna de un diario local en Hamburgo, menudo trabajo, considerando que a veces era un perezoso incorregible. Ese trabajo de alguna forma le ayudaba a conseguir información, no sé cómo le hacía, pero el maldito siempre lograba extraer información importante de personas que jamás me hubiera imaginado, tenía cierta capacidad para persuadir a las personas. -

-Así que era bastante habilidoso. - Dijo Frank sin dejar de acariciar al pequeño gato

-Si lo era, pero a veces era demasiado imprudente. Muchas veces a lo que él me dijo logro meterse en tremendos líos. - Tomo su taza dando un último trago al café. – La verdad lo conocí por mera casualidad, esa ocasión que estuve en Hamburgo, recuerdo que paseaba de noche, entonces fue que lo vi, lo vi usar sus habilidades, hizo que un par de agentes que lo perseguían acabarán enterrados hasta el cuello en tierra, cuando me descubrió viendo aquella escena, quiso atacarme. -

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