LA VERDADERA HISTORIA DE LAS ANIMAS DE GUASARE ENEL CAMINO DE PARAGUANA
Enviado por whither • 4 de Octubre de 2011 • 3.635 Palabras (15 Páginas) • 1.505 Visitas
LA VERDADERA HISTORIA DE LAS ANIMAS DE GUASARE EN EL CAMINO DE PARAGUANA
Hernán Blanco
Para enterarse de algo que se desea saber sólo hay que preguntar. La gente suele decir que preguntando se llega lejos, o que nada se pierde con preguntar. A mi me ha dado muy buenos resultado, andar por allí preguntando cosas, debido a mi curiosidad por conocer esas anécdotas y esos saberes ocultos inconscientemente en la memoria del pueblo. Es así como se aprende y se conoce lo que no se sabe.
Bastó una pregunta muy sencilla que les hice a Roque y a Roberto Higuera, ¿qué saben ustedes de las Ánimas de Guasare?, para hacer un descubrimiento importante acerca de esta creencia tan arraigada en nuestra sociedad, sobre las milagrosas Ánimas ¿Porqué hice esa pregunta? por que los abuelos de estos amigos había formado su familia en el camino de Paraguaná, lo que me hacia suponer que algo debía saber. En ese sentido la intuición ayuda mucho. La respuesta no se hizo esperar, Roque me respondió, que él sabía una historia de dichas ánimas que nada tenia que ver con la versión de Eudes Nava y que una de ellas tenía nombre y apellido, y que la misma estaba relacionada con una familia del barrio de apellido Alvarado, incluso, me dio el nombre de la persona que podía ponerme al tanto de esa información. Ese planteamiento llamó mi atención y me quede pensando en la posibilidad de conversar con esa persona. El tiempo paso, unos cinco o seis meses quizás y cuando parecía que todo estaba olvidado, el día 8 de febrero a las cuatro de la tarde, me encontré en los tres platos con esa persona de la que me habían hablado los hermanos. Inmediatamente lo aborde comunicándole lo que había conversado con Roque y Roberto y le manifesté, que tenía interés en conocer la información que presuntamente él conocía sobre el protagonismo de algún familiar suyo con respecto a leyenda de las Ánimas de Guasare. Así de pronto estábamos acordando una cita para vernos en algún sitio. Pero fue tal mi insistencia que logré persuadirlo para que me comentara lo que sabia acerca de esa historia y así fue como logré tomar notas y grabar cuanto este personaje de nombre Urbano, conocía.
¿Cuando me iba a imaginar que estos amigos pudieran ponerme tras la pista de una información que aportaría nuevos y muy originales elementos a la leyenda de las Ánimas de Guasare?
Antes que el libro del Poeta Eudes Navas saliera a la luz pública con los elementos descriptivos y narrativos del hecho conocido como las Ánimas de Guasare, sólo se conocía obviamente una leyenda que iba de boca en boca. Es el poeta con su prosa el que plasma y le da cuerpo literal a aquel decir popular que se había convertido en una manifestación religiosa y cultural de todos los falconianos y que trascendió más allá de la frontera regional.
Hacer este comentario es necesario en justicia de quien primero escribió sobre la materia. A partir de esta referencia otros se lanzaron a escribir, comentar y hacer videos del hecho, sin agregar nada nuevo o distinto a lo que hubiese dicho el poeta
Esta es la historia que protagonizaron los hermanos Francisco, Constantino y Manuel Alvarado, y que dio origen a la leyenda de Las Ánimas de Guasare.
Todo comenzó un día cualquiera del año 1912, cuando tres hermanos oriundos de Maurache, (Buena Vista), se dispusieron a realizar la aventura de atravesar a pie el desierto peninsular, para dirigirse a Coro en busca de trabajo, en virtud de que la ausencia de lluvia en el año anterior había ocasionado un gran problema, al encontrarse las trojas vacías de muchas familias pobres. Siempre el paraguanero se sustentaba económicamente con el producto de las abundantes cosechas propias de cada año, sólo que esta vez no sólo no se pudo sembrar sino que además se estaban muriendo los animales. Esta fue la razón del éxodo de estas familias pobres en busca de una mejor calidad de vida, fuera del suelo peninsular y que se convirtió en leyenda posteriormente.
El penoso recorrido que comenzó en Buena Vista con destino a Coro, se convirtió en tragedia en el sitio conocido como Guasare, cuando uno de los tres hermanos que comenzaron la travesía de la muerte, llamado Manuel Alvarado, fallece en la orilla del camino, en una punta del Golfete, al Este de donde hoy se encuentra la capilla de las Ánimas de Guasare. Los dos hermanos sobrevivientes dejan el cuerpo de Manuel acomodado a la orilla del camino y continúan en busca de auxilio, ya que se encontraban bastante cerca de Coro, sin saber que antes de llegar a la ciudad se encontrarían con la casa de Manuel Felipe Higuera y Francisca Loaiza, que habitaban en Los Guayacanes. Es al Señor Manuel Felipe a quien le cuentan lo sucedido, y le piden el favor para que los ayude a enterrarlo. Este los acompaña hasta el sitio, donde proceden a enterrar el cadáver.
Los dos hermanos después de agradecer a Manuel Felipe la solidaridad, siguieron camino, pero con mucha pena por la perdida del hermano querido. El rumbo que estos muchachos llevaban era el camino de la serranía, donde presumían encontrar trabajo y comida. Después de varios días de camino los hermanos fueron a detener su marcha por las inmediaciones de Cabure. Cuando la noche estaba cayendo encuentran un sitio donde había un grupo de personas muy alegres que estaban asando una ternera. En esa reunión fueron invitados a pasar y les ofrecen de la abundante comida que había en aquel banquete. En ese momento los hermanos al ver tanta comida se echaron a llorar pensando en las penurias por las que estarían pasando su madre y sus hermanos. Allí manifestaron su tragedia y su necesidad de trabajo. Les responden que la situación no estaba muy buena, pero que harían algo para ayudarlos. A los días siguientes les hacen una oferta de empleo para sacar una madera de un fundo y llevarla para un trapiche. Una vez concluido el compromiso le pagaron a cada uno 7 bolivares a razón de tres reales por día. Francisco le pidió a Constantino regresara a Buena Vista a llevarle a su mamá el dinero que habían obtenido, a lo que este respondió, que él a Paraguaná no volvía ni siquiera con mil bolívares. Francisco regresó, pero Constantino se adentro más hacia la serranía al punto de que nunca más supieron de él. En esta familia se cree que Constantino debió seguir hacia Barquisimeto.
Para esta familia nunca hubo dudas de que en ese sitio estaba enterrado Manuel. Fue el propio Francisco el que puso la cruz en el sitio pues se trataba de su hermano. Esa es la razón por la cual en todo ese camino donde muchos restos humanos se encontraban dispersos, uno sólo estaba identificado con la cruz. Otras de las ánimas que presuntamente estaban en el
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