La institucionalidad en los programas nutricionales en Colombia Luz Stella Álvarez Castaño

La institucionalidad en los programas nutricionales en Colombia Luz Stella Álvarez Castaño

El rol central de la Iglesia Católica durante el siglo XIX Las condiciones económicas y sociales de los países de América latina durante el siglo XIX eran diversas, dada la heterogeneidad de los países y las relaciones y vínculos específicos de cada uno de ellos con los países europeos que los convirtieron en colonias (Mancilla, Álvarez y Pérez, 2016). De manera muy general, se podría afirmar que en el plano político este siglo se caracterizó por las guerras de independencia y por los intentos por construir Estados nacionales organizados y administrados bajo premisas diferentes al periodo colonial (Pérez, 2007). En el plano económico, la producción era básicamente agrícola y minera, pues los países de América Latina eran en lo fundamental proveedores de materias primas que abastecían las nacientes economías capitalistas europeas y de manera especial la economía de Inglaterra. Respaldados por las nuevas élites locales, inversores europeos promovieron las ideas liberales para permitir el mercado de las tierras y acabar con la esclavitud, dados sus altos costos y su ineficiencia, incompatibles con el sistema capitalista de producción. Unos y otros compraron las tierras o despojaron a los indígenas que las poseían y se apropiaron de los principales centros de extracción minera y producción agrícola. Es importante destacar que a pesar del ideario liberal, la agricultura conservó en casi todos estos países su impronta latifundista, basada en un solo producto, ineficiente, dada la utilización de amplias extensiones de tierra con escasa incorporación de tecnología y en la mayoría de los casos con mano de obra en condiciones de miseria y esclavitud (Pérez, 2007). En lo social, la fragilidad de los nacientes Estados y las pugnas regionales internas que caracterizaron a casi todos los países de la región obligaron a continuar con la fuerte presencia de la Iglesia católica en términos de lo que se ha denominado la ayuda a los pobres. La mayoría de los Estados no lograron tomar el papel de la Iglesia en lo relativo a la dirección de la vida cotidiana, la formación de los jóvenes y la prestación de servicios a los más necesitados. Así, la Iglesia y sus instituciones continuaron controlando la educación y la asistencia social bajo los preceptos de la caridad cristiana (Thompson, 1994). Según Beatriz Castro: La concepción religiosa de la caridad continuó siendo predominante, o por lo menos en todas las concepciones de la caridad parece haberse mantenido su viejo fondo cristiano. Como sabemos, en la concepción religiosa de la caridad estaba implícita la idea de que quien ofrecía el don, la ofrenda, la ayuda, recibiría una recompensa por la dádiva, fuera en este mundo o en el venidero (Castro, 2008, p.163). En Colombia, lo que en términos generales se conoce como política social, en esta época estuvo fundamentalmente

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