La lucha de la mujer contra la tendencia machista de la sociedad

La lucha de la mujer contra la tendencia machista de la sociedad

 La sociedad se ha encargado de moldear a cada género a su antojo, las persona deben seguir determinadas características para poder pertenecer a ésta y nos parece molesto, irritante e inaceptable la evidente vulneración del género femenino, y la supuesta superioridad del hombre sobre la mujer impuesta por la sociedad, que se da a través de distintos procedimientos, luego de los cuales se ha llegado a considerar su determinado rol, que no está de más decir, ridículamente, como una ley natural que se ha ido reproduciendo a través de la historia. La mujer ha luchado día a día contra las desigualdades que ha impuesto la sociedad, por esta razón ¿Es justo que en nuestra sociedad actual sigamos teniendo esta tendencia machista?

Bueno, al hablar de sociedad nos referimos a un conjunto de personas con las mismas costumbres, valores y estilo de vida; para ser parte de este conjunto, es obvio, tienes que tener estas mismas características. La sociedad va determinando estos distintos factores, especialmente los roles de cada género a través de métodos como asignar diferentes vestuarios y colores designados: a niños  azul, y a niñas, rosado, canalizar la atención de hombres y mujeres hacia determinados objetivos mediante el uso de juguetes, autos para los niños y muñecas para las niñas, el tratamiento verbal y distintivo diciéndole a los niños “los hombres no lloran”, y a las niñas “así se deben comportar las señoritas” y finalmente la exposición de las actividades, cuyo ejemplo más común es el juego, del papá que trabaja y la mamá que cuida a los niños y hace los deberes del hogar.

El género femenino ha sido especialmente vulnerado por la ideología machista de esta sociedad, teniendo la tendencia de creer que la mujer es inferior al hombre. La mujer de la elite de inicios de este siglo se caracterizaba por su rol de abnegada esposa y madre, su inferioridad física e intelectual y su gran sensibilidad. Cuando deseaba ser profesional, industrial o comerciante, se decía que estaba invadiendo un lugar estrictamente masculino, viéndolos como oponentes. Toda propaganda destinada a la mujer se orientaba al cumplimiento de determinadas responsabilidades como el matrimonio y la maternidad. Una niña sólo podía desear ser esposa, madre, morir cristianamente e irse al cielo.

Tomemos el caso de Delfina Guzmán, quien quería tener un futuro artístico el cual le negaron ya que una mujer solo podía desear ser madre, esposa, etc. y no estaba en edad de elegir “caprichosamente” su destino, ella tenía que casarse, y no podía trabajar sin que en su currículum dijera que ya había contraído matrimonio. El ingreso de Delfina a la universidad influenció en sus ideologías políticas y tendencias revolucionarias. Su familia sin saber cómo enfrentar la situación de su “rebeldía” decidió que lo mejor sería llevarla a casa de sus padres donde viviría como si estuviera en un “sanatorio para enfermos del pulmón” por una semana hasta que se curara, dejando a sus hijos con su esposo. Los intentos por controlarla consiguieron lo contrario y Delfina vivía corriendo y escondiéndose, acumulando cuartadas, pretextos y mentiras. Al final su esposo le quitó a sus hijos pero ella siguió avanzando en su carrera profesional como actriz, graduándose en 1956. Recibió muchas ofertas laborales, fundó su propio teatro, el conocido TUC (Teatro de la Universidad de Concepción).

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