La madurez en “Una persona normal” comparada con nuestra realidad

La madurez en “Una persona normal” comparada con nuestra realidad

La novela Una persona normal fue escrita por Benito Taibo en 2011, cuenta la historia de Sebastián, un niño de doce años que pierde a sus padres en un accidente, por lo que su tío Paco, que de hecho es la oveja negra de la familia, se hace cargo de él. A partir de aquí Sebastián se desenvuelve entre los libros y crece como persona, por lo que consideraré el tema de la madurez a partir de los doce años del niño y más adelante lo conjuntaré con mi propuesta de este tema en la infancia.

Antes de que Sebastián se quedara huérfano, Taibo nos deja ver cuál es la perspectiva del niño y cómo ve el mundo desde este punto, de modo que incluso me atrevo a dividirlo en dos, el mundo de los adultos y el de los niños, como lo menciona al inicio del texto. Los adultos tienen entendido y muy presente que los jóvenes, dada su poca experiencia, no son maduros y claramente no entenderían los temas que se hablan en una conversación de adultos o en general las cosas de adultos; sin embargo, Sebastián en esa juventud curiosa que tiene se da cuenta de todo lo que pasa a su alrededor y entiende perfectamente de lo que hablan sus familiares aun con toda la censura que le ponen en medio. De hecho, menciona que hace ciertas cosas de adultos a escondidas y tiene una visión perfecta de los temas que no son aptos para niños, abarcando desde lo más cotidiano hasta lo sexual.

Una vez que ha de vivir con el tío Paco, está un poco escéptico por la forma de ser de éste, totalmente diferente a como debería ser una persona normal, diferente de las actitudes de su familia, y lo más importante, dándole la libertad de pensamiento y expresión que toda persona quiere y necesita, Paco desvanece el límite entre el mundo de los adultos y el de los niños, pero no lo hace dejando a Sebastián totalmente libre, casi arrojándolo al vacío, sino que le explica detenidamente las cosas para que entienda el porqué de cada una, le alienta a informarse y a reflexionar sobre lo que dice y hace para que pueda tomar cada vez más y mejores decisiones por sí mismo. Paco le permite tener sus propias ideas y compartirlas, no tener que esconderse porque existe un acuerdo de mutua y absoluta confianza, que conforme avanza el tiempo van fortaleciendo y Sebastián es cada vez más consciente de quién es y qué es lo que quiere. En este sentido es que veo la madurez de Sebastián, pues considero que alguien maduro no es simplemente alguien que alcanza cierta edad, sino la visión que tenga de las cosas, del mundo de las personas y su forma de reaccionar ante las dificultades en cada uno de estos aspectos, cosa que este joven que va creciendo conforme avanza la lectura, desarrolla apresuradamente. Incluso forma una visión más amplia y crítica gracias a las enseñanzas de su tío, que sin duda lo abastece de conocimiento desde el momento

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