La otra pandemia
Enviado por Javier Cofre • 30 de Noviembre de 2020 • Ensayo • 2.067 Palabras (9 Páginas) • 81 Visitas
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Estudiante: Javier Cofré Barres
La otra pandemia
Hoy en la actualidad estamos siendo afectados por una pandemia que azota a todos los continentes sin piedad alguna, dejando una cifra de fallecidos con más de 300.000 personas y debido a esto debemos estar todos en confinamiento dentro de nuestros hogares, pero este confinamiento a dejado en evidencia otra pandemia que ha sido aún más brutal que el coronavirus y ha permanecido en nuestra sociedad mundial desde años remotos, habló de la violencia hacia la mujer que nos ha costado demasiado erradicar. Por lo tanto veremos datos duros con relación al incremento de violencia intrafamiliar durante todos estos meses que llevamos de cuarentena, con datos nacionales e internacionales, así como también analizaremos algunas medidas de ayuda que han organizado los Estados para combatir esto.
Una de las grandes consecuencias de la pandemia del Covid-19 a nivel mundial es el aumento exponencial de violencia contra las mujeres, esto no quiere decir que antes de la pandemia no existieran violencia de todo tipo contra las mujeres. Según datos entregados por ONU MUJERES en el año 2019, el promedio de violencia contra niñas y mujeres es: 1 de cada 3 mujeres ha sido violentada física, psicológica o sexualmente a lo largo de su vida, lo cual es un dato penoso y alarmante por el confinamiento en el cual debemos estar todos sometidos a raíz del virus que nos afecta que por cierto nadie está libre de contagio.
Como bien sabemos las medidas más eficaces para la propagación del Covid-19 son cumplir cuarentenas en los hogares, aislamiento o distancia social y evitar salir a no ser por una emergencia o abastecimiento. Pero estas medidas exacerban la violencia de mujeres en sus hogares debido a que la víctima o sobreviviente (es un término muy fuerte para tomar conciencia de la gravedad del tema) se encuentra encerrada con su victimario, con oportunidades muy limitadas de poder salir de sus hogares y pedir ayuda.
“Para los perpetradores, perder el trabajo, la inestabilidad económica y el estrés son todos hechos que pueden generar una sensación de pérdida de poder. Esto puede elevar la frecuencia y la severidad de la violencia doméstica” ONU MUJERES 2020.
Son muchos los hogares los cuales están pasando por una inestabilidad económica en estos momentos contando los últimos pesos para comprar el pan del desayuno, con el/la jefe/a de hogar sin trabajo pensando en cómo lo harán para pasar otro mes más junto a su familia y de una manera digna. Sabemos que esto repercute más en los jefes de hogar como bien dice la cita anterior “genera una sensación de pérdida de poder” por el machismo que tienen inculcado desde que eran niños, a los que les decían que es el hombre es quien debe mantener la casa llevando el dinero y el alimento, pero hoy estamos viendo las consecuencias de la cultura machista que genera frustración al no poder llevar el alimento a la casa.
La socióloga y presidenta de la cámara de diputados Adriana Muñoz en una entrevista dada a radio cooperativa dijo lo siguiente:
“Lamentablemente, los conflictos derivados de la vida cotidiana y de las situaciones de temor y tensión que esta enfermedad y sus consecuencias económicas, como el desempleo y la falta de recursos para atender las necesidades básicas, derivan en violencia física y psicológica, especialmente contra mujeres y niños” Adriana Muñoz 2020.
Lo cual ratifica la cita anterior de ONU MUJERES y nos hace preguntarnos ¿esta es una excusa para agredir a una mujer? mi respuesta es no, no hay ninguna excusa válida para agredir a una mujer y menos en la situación en la que nos encontramos hoy, con mucho temor y pena por todo lo que está pasando y está por pasar. No puede ser posible que estemos en pleno siglo XXI y se sigan viendo estas agresiones hacia la mujer, después de todas las manifestaciones que se han realizado por grupos feministas en todo lo el mundo y aún no logremos frenar esta “otra pandemia” que tanto dolor ha causado a lo largo de la historia, dejando muchas familias disfuncionales con la mamá muerta y el papá en la cárcel. A fines del año pasado la ONU entregó un informe muy penoso que en concreto entrega la cifras de
femicidios durante ese año, este informe consta de 19 países de latinoamérica y el caribe, la información oficial muestra que al menos 3.287 mujeres fueron víctimas de femicidio y la mayoría de estos crímenes fueron cometidos por la pareja o ex pareja de la víctima.
Quizás tú que estás leyendo esto sientas la misma rabia, impotencia, pena y muchos más sentimientos encontrados por los datos y cifras que he entregado, el querer ayudar a todas esa mujeres que sufren o han sufrido violencia y saber que a la vez es tan difícil poder hacerlo y mas con todo esto de la pandemia, lamentablemente mucha de esta ayuda que se les pueda brindar a la mujeres que son agredidas queda en manos de las autoridades, por lo que el 27 de abril la ministra de la mujer y equidad de género Macarena Santelices promulgó la iniciativa de mascarilla-19, la cual consiste en que toda mujer que se enfrente a violencia de género se pueda acercar a una farmacia y decir la palabra clave “mascarilla 19” a quien esté atendiendo y seria contactar al número de orientación 1455 o en casos más graves al 149 de carabineros. Pero desde su promulgación muchas organizaciones feministas del país han criticado su efectividad y yo también estoy de acuerdo con estas críticas realizadas, la integrante de la coordinación nacional de la Red Chilena Contra la Violencia hacia las Mujeres y directora de la Escuela de Derecho de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Silvana del Valle afirma que:
“Es una medida copiada desde otras latitudes, sin la perspectiva necesaria de la realidad nacional, como muchas otras políticas públicas o intento de políticas públicas que se tratan de establecer por gobiernos como los que tenemos en Chile, desde la pos dictadura y en este caso delegando la responsabilidad de salvaguardar la vida de las mujeres en una corporación con fines de lucro, como lo son las empresas farmacéuticas”.
Primero que nada aquel empleado que se encuentra atendiendo esa farmacia no tiene ninguna obligación de ayudar a una mujer porque él no fue contratado para realizar esa labor, osea que todo queda en manos de aquel empleado si quiere o no brindarle ayuda aquella mujer que vienen desamparada en busca de ayuda y en muchos casos tratando de salvar su propia integridad física. El Estado le deriva esta responsabilidad a una entidad privada y que por
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