La presencia de la diversidad cultural en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires
Enviado por egondecoco • 2 de Julio de 2013 • Tutorial • 17.045 Palabras (69 Páginas) • 838 Visitas
Datos En “De eso no se habla….” Los usos de la diversidad en la escuela
María rosa Neufeld y Jeans Ariel Thisted (compiladores) Eudeba Buenos Aires (1ra edición Julio 1999)
Capítulo VIII. LA RELACIÓN “NOSOTROS – OTROS” EN ESPACIOS ESCOLARES
‘MULTICULTURALES’. ESTIGMA, ESTEREOTIPO Y RACIALIZACIÓN.
Liliana Sinisi1
La pedagogía que imagino me invita a
convertirme en aquello que anteriormente se
consideraba como fragmentos del Otro, extraños
e incorporados a mi yo; a disminuir la
separación entre yo y el otro; a reconocer el
grado en el que tú estás en mí y yo en ti.
Peter McLaren, 1994.
Investigando acerca de la presencia de la diversidad cultural en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires,
muchas veces nos preguntamos si era posible pensar a estas instituciones como productoras/reproductoras de
sentidos y prácticas relacionadas con el racismo, la discriminación y la diferenciación social.
Mi primera hipótesis fue considerar, que a pesar de que la escuela no reproducía de forma mecánica los
procesos de discriminación y desigualdad que encontrábamos en la sociedad, sí enmascaraba y naturalizaba
estos mismos procesos en la conformación de una normalidad integradora de la diversidad cultural existente,
cerrando de esta manera las posibilidades de comprensión de su dinámica histórica y social. Así, la sucesiva
construcción de estereotipos y estigmas en torno a niños y familias de diferente procedencia étnica y social,
se convertían en imágenes altamente naturalizadas, entendiendo por esto su reificación en el pensamiento
cotidiano.
Durante la primera etapa de la investigación, mi formulación era que se trataba de ocultar la
discriminación y el etnocentrismo dentro de la escuela, a través de la negación de la diferencia y de los
conflictos que planteaba. Ocultar no es simplemente negar, es hacer creer que el problema existe, pero
1 Licenciada en Ciencias Antropológicas, UBA. Docente del Dto. de Ciencias Antropológicas, Fac. de
Filosofía y Letras, UBA. Investigadora del Programa Antropología y Educación (coordinadora María
R. Neufeld), Instituto de Ciencias Antropológicas, Fac. de Filosofía y Letras, UBA.
“afuera”. Como pude observar, ese papel de ocultamiento lo cumplían tanto las instituciones
educativas, como voceros y funcionarios del campo de la política y gran parte de los medios de
comunicación, presuponiendo que el conflicto que desatan las prácticas discriminatorias se produce
entre partes iguales: habitantes de un barrio de clase media versus villeros, trabajadores de la
construcción versus trabajadores migrantes, argentinos versus bolivianos, chilenos o coreanos. Un dato
importante es que este ocultamiento casi no es percibido dentro de la vida cotidiana, porque son
problemas que pasan a considerarse como “obvios”, “normales”.
A través del avance en el trabajo de campo se fueron complejizando las primeras hipótesis. Las diferencias
específicas, aunque también los aspectos comunes, de las escuelas en las que fui realizando la investigación
me permitieron abrir nuevos interrogantes y pensar nuevas relaciones.
En este artículo intentaré dar cuenta de estos aspectos. Abordaré la red de representaciones y sentidos que los
docentes -y otros actores escolares- construyen acerca de la diferencia/desigualdad/diversidad. A partir de
esto, es importante destacar que el análisis se centralizará en la comprensión de las distintas formas que
adoptan la construcción de prejuicios, estereotipos y estigmas hacia los integrantes de diferentes grupos
étnicos y de clase, teniendo en cuenta el tipo de relaciones que se establecen con la alteridad -“nosotrosotros”-
y cuáles son las posibles consecuencias que estas representaciones y prácticas tienen en la vida de los
niños, que en pleno proceso de escolarización, son objeto y portadores involuntarios de las marcas
estigmatizantes.
Por último, analizaré un problema que está contextuado en las situaciones antes descriptas y que se vincula
con los “procesos de integración” al sistema educativo de los niños considerados “diferentes” por su cultura,
nacionalidad o por su situación de clase.
De acuerdo a lo expuesto, me interesa plantear una discusión que supere el plano del estudio de las acciones
individuales. La cuestión aquí, no es culpabilizar a docentes o a niños, sino intentar comprender que las
tramas de significaciones construidas que definen y excluyen al “diferente” están imbricadas en otras
narrativas socialmente producidas. Como afirma Tadeus da Silva “el prejuicio y la discriminación no
constituyen sólo un desvío o una patología individual o psicológica, sino que dependen de categorías y
clasificaciones que están profundamente inscriptas en la historia y en el tejido social” (Tadeus da Silva: 1997).
A partir de estas conceptualizaciones, utilizaré una perspectiva relacional que permita entender estos
procesos al interior de la vida escolar, resignificándolos dentro de otros más amplios que incluyan el análisis
del contexto político, económico y social.
Los tiempos cambian ... Un contexto para el análisis.
En los países centrales se creía superado el fantasma del racismo, pero ha vuelto ha manifestarse de forma
violenta y exacerbada, concomitantemente con las migraciones que se han ido produciendo hacia países de
Europa Central y Peninsular, especialmente desde África y el Oeste Europeo y en los Estados Unidos desde
México y Centroamérica. Estas migraciones son generadas por cuestiones políticas, económicas y laborales
que existen en los países de origen de los migrantes.
La Argentina no es ajena a este problema, si bien la mayoría de nosotros muy rara vez nos asumiremos como
racistas: “Argentina crisol de razas”, la presencia de inmigrantes de países limítrofes y no limítrofes, nos
proyecta una imagen de nosotros mismos que no queremos reconocer y que ponemos en los otros: “los
argentinos formados en el crisol de razas” al que nos referimos antes, no encontramos puntos de contacto con
los alemanes y franceses xenófobos de los que hablan los periódicos: “racistas son los otros”, pero qué pasa
cuando silenciamos, como hace algunos años, la expulsión de los bolivianos por ser los “causantes y
portadores” del cólera o los “propagadores de esta
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