La princesa negra

La princesa negra

 Un  hermoso departamento de Colombia es la Guajira,  región ubicada al norte del país, esta tierra estuvo en un tiempo adornada por hermosos paisajes desérticos, bañadas por las playas del extenso mar caribe, sus atardeceres que dejaban divisar la inmensidad de su grandeza, uno de sus principales atractivos era el valle de los flamencos, rodeado de estas aves exóticas que con su plumaje rosado le daban un enigmático embrujo a este lugar, ya que quien iba a visitarlo quedaba enamorado de tan inigualable belleza, sus costas estaban envueltas por una arbolada de palmeras. La princesa negra como se le conoció por mucho tiempo fue destacada por ser la cuna de la música vallenata, gracias a que varios de sus hijos (cantantes, compositores y acordeoneros) fueron quienes dieron origen de este género musical; tierra donde se resalta la cultura wayuu, ya que la mayoría de sus habitantes estaba representada por esta etnia.

La mayor riqueza de la Guajira estuvo representada durante varios años por el valioso carbón, mineral precioso que le cambio la vida a la mayoría de sus habitantes y que además la puso en uno de los niveles más altos; gracias a este mineral obtuvo el nombre de “la princesa negra”. Sin embargo vale la pena resaltar que esta tierra también consta de otros tesoros que tenía guardado dentro de sus entrañas y que muchos desconocían, las minas de sal, el gas, la energía solar, ella con el paso del tiempo ha sido explotada, violada, pero sobre todo olvidada; constantemente ha llorado de sufrimiento y agonizado de dolor, al ver como la despojan de todo aquello que Dios le regalo; porque a pesar de contar con todas esas riquezas, a esta región nuestra nación siempre le ha negado el valor que realmente se merece.

Esa es la princesa negra, tierra sufrida donde a menudo extranjeros se adueñan de sus riquezas, donde sus mismos hijos se ensañan por hacerla llorar, tierra rica, tierra pobre, tierra desolada, que carece por falta de educación, por falta de empleo,  por falta de oportunidades; donde a diario niños y ancianos de la cultura wayuu mueren por falta de alimentos, por falta de agua, por desnutrición, porque el gobierno en el que vivimos de ella se ha desentendido; dejándola desamparada y quitándole lo poco que un día le dio vida a tan maravillosa región. Esta es la realidad de la princesa negra región que agoniza suplicando ayuda, que grita a voces pidiendo un poco de atención. Ella reclama por sus derechos, pero nos encontramos en una sociedad que se preocupa más por cosas vanas, que por ayudar a revivir y rescatar la cultura de esta preciosa región.

Múltiples campañas se han hecho, canciones, ensayos, videos donde se muestra la pobreza que hoy embriaga a este departamento, pero nada ha dado resultado, hoy invito a un pueblo entero que trabajemos juntos por salvar a esta princesa negra, a esta enigmática tierra guajirindia, tierra de talento, tierra de folclor, tierra llena de talentos que tiene nuestra nación, pues no solo es el carbón, el gas, la sal lo que le da vida.

Princesa negra, princesa guajira como da tristeza saber el daño que le han hecho, quisiera verla de nuevo florecer, dar un grito de protesta porque recuperara sus riquezas y volviera a ser lo que fue alguna vez. Caminar por sus calles recorrer sus paisajes y enamorarme de esa belleza que la envuelve, princesa negra guardas tanta magia en tu interior hay tanto de ti aún por resaltar que quisiera mostrarle al mundo lo hermosa que eres, dar a conocer esos hermosos atardeceres al caer el ocaso en esas playas que la bañan; secar esas lagrimas de dolor y sacarle una sonrisa al son de un acordeón, que todos sepan cuán grande y bella es esta región.

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