La psicología de las motivaciones de la sociedad mexicana

Jiménez Hernández Cinthya Xanat                                      Reporte Mensual 1

La psicología de las motivaciones de la sociedad mexicana

La sociedad mexicana tiene una historia relativamente corta, si tomamos en cuenta que en México sucedió la conquista por parte de los españoles sobre la población indígena originaria, con este acontecimiento dio pie a la mezcla de dos culturas totalmente distintas, por lo que hubo muchos cambios en la psique colectiva, esto último dependiendo de la zona geográfica del país y de la generación a la que pertenezca el individuo.

Es por ello que la psicología del mexicano desde la conquista es un tema complejo y multifacético, que refleja el profundo impacto del persistente trauma histórico y la mezcla cultural. Si bien la conquista condujo a profundos cambios psicológicos entre la población indígena, el proceso de aculturación y la creación de una cultura mexicana única también ha contribuido a un paisaje psicológico rico y diverso. Hoy en día, los temas relacionados con la identidad, la familia y la religión continúan dando forma a la psicología mexicana, destacando el legado continuo de la conquista y la lucha constante por reconciliar múltiples influencias culturales.

Pero, desde cuando es que la población empezó a preguntarse ¿qué es ser mexicano? ¿qué significa? La conciencia nacional se desarrolló a partir de 1821; pero en las primeras décadas de la vida independiente pero otras urgencias y prioridades acapararon la atención de los estudiosos y de los pensadores.

Hubo que esperar hasta principios del siglo XX para ver florecer investigaciones y reflexiones sobre la esencia de la mexicanidad. Fue durante la Revolución que se activó el proceso del autoconocimiento nacional: fue aquí donde los mexicanos empezamos a encontrarnos con nosotros mismos, y a realizar, como comunidad, el sabio principio socrático: Conócete a ti mismo.

La conquista de México fue un evento traumático que tuvo profundas consecuencias psicológicas para la población indígena. La violencia y la pérdida de vidas que acompañaron a la invasión, dejando un profundo sentimiento de dolor y trauma que resuena hasta el día de hoy. La conversión forzada al catolicismo y la destrucción de las prácticas religiosas indígenas también tuvieron un impacto significativo en la psicología de los mexicanos, resultando en un cataclismo que dislocó las bases de la relación de los indígenas con los dioses, con el cosmos, y el acontecer temporal. Como símbolo de afirmación sádica de los europeos sobre los indígenas sobrevivientes podemos tomar el ejemplo de la habitual edificación de los templos cristianos sobre las ruinas del respectivo templo ceremonial de las ciudades indígenas con más importancia: lo nuevo y extraño aplastando, desacralizando y aniquilando a lo más sagrado de los autóctonos: sus dioses; esos mismos que para los vencidos se convirtieron en los demonios de los vencedores, y así la hazaña de los europeos redundó en la destrucción de todos los valores de los naturales. Situación particularmente espinosa fue la de la mujer: al unirse al español traicionaba su raza y a su cultura. Pero era forzada a ello. Y los hijos crecían a la sombra de la madre y lejos del padre. Y desde entonces la familia mexicana sufre de exceso de madre y falta de padre. Es así como el mestizo fue considerado como un auténtico “hijo de su madre”, un hijo rechazo del mundo criollo y desconectado del mundo indio.

Los españoles no supieron colonizar y la única “defensa” que se les da es que hubo otros conquistadores peores que ellos, los ingleses, que prácticamente exterminaron a los nativos de lo que hoy es EE. UU. La sociedad del virreinato: sociedad de castas, sociedad desintegrada, no una comunidad sino yuxtaposición de grupos, dio origen al tipo popular cínico, pícaro, corrupto, destructor. El pelado se colocaba frente al gachupín, sinónimo éste de privilegio, proteccionismo, y monopolio, y se oponía al criollo, sinónimo de libre comercio.

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