La tragedia del mar Aral

La tragedia del mar Aral

El mar Aral es un gran lago endorreico o mar interior situado en Asia Central, entre Kazajistán y Uzbekistán. Fue el cuarto lago más grande del mundo, con una superficie de 68,000 km2 y 1,100 km3 de volumen de agua; abastecido por los ríos Sir Daria por el norte y Amu Daria por el sur. En la actualidad, se ha reducido a menos del 10% de su tamaño original, hecho calificado como la mayor tragedia ambiental de la historia.

En 1960 el gobierno de Moscú construyó un canal de 500 km. que desvió un tercio del agua de los río Amu Daria y Sir Daria para regar 6 millones de hectáreas de algodón y lograr la autosuficiencia de la Unión Soviética en esta producción. El éxito agrícola fue enorme, pero sin embargo, el lago comenzó a morir. El Mar de Aral necesitaba del agua de sus tributarios para seguir vivo, porque la cantidad de agua que se evaporaba era la misma que recibía de los ríos. Así, con el tercio de agua sustraída para abastecer los campos de algodón, el mar Aral comienzo a secarse. En 40 años, su volumen se ha reducido 90%, su salinidad de 1 g / litro, ahora, es100 g / litros, es decir, tres veces la salinidad del mar, y su nivel, ha disminuido aproximadamente 25 metros. Seis millones de hectáreas de tierras agrícolas se han perdido por salinización y desertificación. Los pueblos y las ciudades de las riberas han quedado prácticamente desiertos y millones de personas han migrado del lugar. Ha desaparecido 28 de las 30 especies de peces y la industria pesquera ya no existe. De las 173 especies de la biodiversidad de la región sólo sobreviven 38.

Finalmente, la catástrofe se agudizó por el uso masivo de fertilizantes y pesticidas, que terminó contaminando el agua y los suelos, dañando seriamente la salud de la población, que vio aumentar con rapidez las enfermedades infecciosas y respiratorias, el cáncer, así como el número de abortos. El agua que se consume en la zona, es cuatro veces superior en salinidad a lo admitido por la Organización Mundial de la Salud y los suelos envenenados son barridos por fuertes vientos del desierto que generan tormentas de viento y polvo, arrastran la sal de los lechos secos hasta más de 200 km. a la redonda, arruinando para siempre las tierras de cultivo y repartiendo los compuestos químicos en todas las direcciones. EL mar Aral, según los expertos, ya no tiene reanimación posible.

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