La vida más justa es la más feliz, sin embargo en algunos casos el justo puede ser desgraciado y el injusto feliz
Enviado por PauLina Velez P • 5 de Noviembre de 2015 • Reseña • 706 Palabras (3 Páginas) • 460 Visitas
¡LA JUSTICIA HA MUERTO,
LA HUMANIDAD HA MUERTO!
Platón dice: la vida más justa es la más feliz, sin embargo en algunos casos el justo puede ser desgraciado y el injusto feliz.
La justicia es ante todo una característica posible pero no necesaria de un orden social. Una virtud del hombre, un hombre es justo cuando su conducta concuerda con un orden, el justo es feliz el injusto infeliz, nuestra felicidad depende a menudo de la satisfacción de necesidades que ningún orden social puede lograr, ningún orden de tal índole puede reparar totalmente la injusticias de la naturaleza.
Donde aparece un conflicto aparece la justicia como problema, el problema es ante todo un conflicto de valores, la respuesta a este problema es siempre un juicio que a última hora está determinado por factores emocionales.
El clamor del pueblo donde sus jueces dejan de aplicar la justicia por omisión, irresponsabilidad, incapacidad y falta de equidad es ¡Qué se haga justicia! cuando las acciones delictivas y la aplicación de la justicia para castigar los hechos no aprobados se encuentran separadas por un gran abismo llamado impunidad, las personas dejan de confiar en las instituciones que deberían aplicar la justicia y se corre el riesgo de que el pueblo aplique la justicia por su propia mano.
¿El resultado? Los juzgadores se convierten en delincuentes, porque el delincuente ha sido linchado, ha muerto o trasladado a un hospital moribundo, puesto que la justicia institucional no realiza su labor, el pueblo toma la justicia por su propia mano.
Entonces la llamada justicia se pierde; muere la justicia, se convierte la sociedad en una sociedad injusta, recriminando a los jueces su injusticia y demostrándoles que en algún lugar de la historia, o quizá desde el mismo corazón, la justicia se ha escapado.
La sociedad ha sido víctima de la propia injusticia que radica en su corazón, ya que según considera Aristóteles, la base de la justicia debe ser la igualdad; igualdad entre delito y castigo, igualdad de jueces y juzgados.
Tú ser humano, clamas por justicia cuando en tu corazón, no existe la regla de la igualdad, desde que el corazón se ha corrompido, porque del “corazón del hombre, salen los malos pensamientos”, y por consecuencia estos se convierten en acciones; y si en el corazón no existe la justicia, ¿Qué existe? No existe más que “venganza”, y venganza, no es justicia.
El tribunal ahora se establece en cualquier calle, con jueces que se arman de valor poseídos por un corazón vengativo, por un demonio de muerte, las manos se manchan de sangre, y entonces muere un ser humano, y entiéndase, allí muere toda la humanidad.
Da pena, tristeza y mucho dolor en el alma pero la justicia ha muerto.
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