Las Ecorregiones De Venezuela Y Sus Problemas Socio Ambientales
Enviado por • 3 de Marzo de 2015 • 2.002 Palabras (9 Páginas) • 2.634 Visitas
PRINCIPALES PROBLEMAS SOCIO-AMBIENTALES DE LA OCUPACION DEL ESPACIO GEOGRAFICO VENEZOLANO
Concentración de la población
El modelo de desarrollo adoptado por el país durante los últimos cuarenta años ha generado un proceso de ocupación territorial con marcada tendencia hacia la concentración de la población y de sus actividades productivas en un reducido número de núcleos urbanos. Esta desequilibra da ocupación del territorio nacional le ha restado dinamismo a la provincia y ha creado graves problemas sociales en sus principales ciudades.
Desequilibrios regionales
Los desequilibrios territoriales en Venezuela son excepcionalmente graves. En los estados centro-norte-costeros (D.F, Vargas, Miranda, Aragua, Carabobo) hay una excesiva concentración ya que en ellos se ha ubicado el 40% de la población, poco más del 70% de los establecimientos industriales y las tres cuartas partes del empleo manufacturero. Allí se genera más de la mitad del valor agregado en las diferentes actividades productivas, se acumula casi el 50% del capital fijo generador de más del 60% de la producción bruta no petrolera, todo ello en un espacio que ocupa menos del 2% del territorio nacional.
Los espacios al norte del Orinoco-Apure albergan un 90% de la población en la franja norte-costera (desde Zulia hasta Sucre), se concentra el 60% de la misma en apenas un 15%- de territorio La gravedad de los problemas generados por los desequilibrios regionales en Venezuela (estancamiento -migraciones - marginalidad) es hoy ajena a la discusión sobre nuestro modelo de desarrollo, víctima de las generalizaciones implantadas por el dogmatismo ideológico reciente, el cual no concibe otras argumentaciones que la macroeconómicas, ni otro ordenamiento social que el inducido por el libre mercado
Principales impactos socio-ambientales
1. Desplazamiento de los ecosistemas naturales por ecosistemas urbanos (parcialmente natural espacialmente artificial
Amenazas, vulnerabilidad y riesgos. La mayoría de los centros urbanos ubicados en el área de concentración demográfica está emplazado en sitios con características ambientales muy frágiles, principalmente en relieves montañosos y/o costeros, sujetos a riesgos naturales, de naturalezas sísmica, geomorfológico (deslizamientos) e hidrológica (inundaciones) (Estevez, 2006; Vielma, 1997; Vivas, 1992, Zinck, 1980). El proceso de expansión física de las ciudades ha traído como consecuencia un desbordamiento del sitio original y la ocupación de tierras poco aptas para el urbanismo, como son laderas y colinas (cerros) y, en muchos casos, riberas de ríos. Este tipo de emplazamiento es común en las ciudades localizadas en la Cordillera de los Andes y en la Cordillera de la Costa (Arismendi, 2008). Esto se traduce en una pérdida de la capacidad de soporte de los sitios urbanos originales y una tendencia a la ocupación de terrenos, en la mayoría de los casos frágiles, inestables, por lo general sujetos a riesgos naturales o antrópico y, además, en un avance desmesurado de la frontera urbana local. El ecosistema fundamentalmente natural, que rodea este tipo de ciudades (entorno) se trasforma paulatinamente en un ecosistema principalmente artificial o construido. Ejemplos significativos son los casos de San Cristóbal, Mérida, Valera y Trujillo, localizados en la Cordillera de los Andes (Amaya, 2005), y los casos de Caracas, Valencia, Maracay y del Litoral Central (Vargas), ubicados en la Cordillera de la Costa. En el caso de las ciudades andinas antes citadas, el sitio de éstas desbordó las terrazas en que se encuentran emplazadas y la tendencia es a la ocupación de las laderas montañosas que las rodean. En el caso de las ciudades centrales el sitio original desbordó los valles por ellas ocupados y la tendencia es al poblamiento de laderas y colinas y, en el caso particular de Valencia y Maracay, la tendencia es a ocupar las orillas del Lago de Valencia, con las consecuencias que ello acarrea. El la Isla de Margarita y otras áreas costeras es muy notorio la ocupación de antiguos cauces de ríos y quebradas. El poblamiento allí asentado es, en consecuencia, vulnerable a inundaciones pluviales y fluviales. Como un caso ocurrido recientemente en la Isla de Margarita, en temporada de lluvias, es frecuente las inundaciones producidas por desbordamiento de cursos de agua, afectando, distintas obras de infraestructuras y viviendas.
Un impacto, relacionado con la ocupación de las riberas de los ríos y otros cuerpos de agua, es la tendencia a desviar y / o canalizar los cursos de agua, lo cual, con el tiempo, contribuye a modificar los ritmos hidrológicos y acentuar el circulo vicioso de las inundaciones, pues, por lo general, se desvía o canaliza el río o quebrada para evitar las inundaciones, las cuales se reproducen en otros lugares. Por lo general, hay una tendencia en la población a personalizar en el curso de agua, y no en la ocupación de sus riberas, bajo el concepto de amenaza, la responsabilidad de dichas inundaciones, por lo que la solución (válida o no), es desviar o canalizar el curso de agua, obviando, en la mayoría de los casos, las ritmos y ciclos hidrológicos. Este es un hecho muy frecuente en las ciudades localizadas en áreas de montaña y costa, donde se construyen diques en las partes altas de las cuencas para canalizar agua, que al romperse, tiende a inundar ciudades ubicadas tierras abajo. Un caso notorio ocurre en las tierras bajas del río Chama, en las cercanías de su desembocadura en el Lago de Maracaibo.
Lo más importante, en todo caso, es su asociación con otros impactos, especialmente con el agotamiento de suelos, bosques y agua potable y, con la disminución de la capacidad de soporte de los sitios originales. El sitio de Caracas, especialmente la parte de las laderas montañosas, es uno de los más vulnerables del país.
En el caso del Distrito Metropolitano de Caracas, la mayoría de los ranchos y un alto número de urbanizaciones se erigen sobre laderas montañosas. Las áreas más vulnerables están ocupadas por ranchos. En el caso de eventos sísmicos (Caracas está en una zona de fallas –Pichao, Tacagua, El Ávila-) cerca de 90 % de los edificios que resultarían seriamente dañados están en áreas de barrios (barrios verticales) y cerca de 40 % de éstos están en pendientes.
La vulnerabilidad, en consecuencia, no sólo está asociada a la ocupación de las laderas montañosas, sino también, a la no planificación de las construcciones y la falta de mantenimiento de los desagües. Los deslizamientos en las barriadas vienen dados, generalmente, porque en las montañas y laderas
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