Las Ideas Del Progreso Y El No Futuro
Enviado por pettunudnarcisa • 20 de Marzo de 2012 • 1.138 Palabras (5 Páginas) • 704 Visitas
Las ideas del progreso y el no futuro, el ciber punk
Esa realidad que si bien en la edad media comulgaba con la religión, que legitimaba las acciones y daba curso a la vida, esa misma que colapsó y vió nacer la modernidad, es la misma realidad que subyace a la naturaleza del ser humano, a su estado cognitivo y a su percepción de la vida y de sus relaciones sociales, qué es entonces lo real a la luz de los conceptos de la modernidad, podmodernidad e hipermodernidad, que tenemos y que obviamos de este proceso, como nos influencia en nuestros campos diarios, es una cuestión mas que filosófica procesual, permeada por multiplicidad de factores y tendiente a nuevas interpretaciones contextuales.
Las ideas del progreso que animaron la modernidad bajo una perspectiva pseudo-económica en pro del bienestar, desarrollo y fraternidad, fue una visión clara de un mundo que gritaba por su liberación, una liberación que paradójicamente a la luz de nuestros días, nos llevaría quizá a volvernos esclavos de nosotros mismos, a ser nuestro propio aparato regulador, la luz de la racionalidad, iniciada como bien lo expone Ibañez por Descartés y continuada por Kant, permitió en gran medida un avance en términos materiales e intelectuales, institucionalizó la ciencia como portadora de la verdad, elemento liberador de la ignorancia conspicua del ser humano, elemento primordial en el ánimo del saber, que degeneraría en hacer, producir y servir, el concepto de la racionalidad fue deformado progresivamente para los fines propios del modernismo, fue instrumentalizada y destacada como premisa legitimadora del discurso del modernismo, definida en últimas en la racionalización del ser.
La necesidad fehaciente de reinventar la modernidad , redefinirla, o, porque no reintentarla , lejos de contribuir produjo (en su ámbito netamente materialista de desarrollo) sujetos artificiales, que, lejos de ser parte de la supuesta felicidad y del avance hacia lo óptimo, (en esa connotación modernista en la que todo futuro será mejor, y todo pasado peor), seres desnaturalizados, y esa felicidad ingenua reposa ahora normativizada, estandarizada, mediada y restringida, en la medida de la subordinación voluntaria a ese hedonismo mecánico y tecnológico de los tiempos hipermodernos, una felicidad instantánea, que como todo se vuelve obsoleta, esa necesidad de el consumo inmediato, la ansiedad incontrolable, y la avalancha de malestares psicológicos y patologías (posmodernas e hipermodernas) que proliferan hasta en los primeros años de la existencia.
El ser social, propio del humano racional, ha ido transformándose en un ser cada vez más ensimismado, limitado y alienado, tras periodos históricos de estructuración de creencias, de consensos políticos, hoy reina el desencanto y el desinterés, la fé en el progreso devino en desconocimiento de la relaciones, de lo externo, todo es ajeno, conformamos ahora estructuras mentales burlescas e infantiles en la medida de la individualización, obviamos lo externo, enriquecemos lo interno, como bien lo diría Lenny Nero (Ralph Fiennes, protagonista de la película días extraños, 1995) cada cual parece estar ahora nadando en su propia piscina de mierda, y pareciese que el único objetivo de unos con otros fuera no levantar olas a su alrededor.
El espejismo, como lo enuncia Touraine, de los medios de comunicación hacen bien en lavar conciencias masivamente, ese aparente acceso a la información que parece generar criterios en sus receptores no son más que otro artilugio de la modernidad para generar una aparente seguridad , una eficacia técnica para la eficiencia del sistema hipermoderno, en el ámbito de la ideología de la representación, en maneras mucho
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