“Las Venas abiertas de América Latina” del autor Eduardo Galeano
Enviado por jameschcooper • 15 de Octubre de 2019 • Monografía • 3.005 Palabras (13 Páginas) • 190 Visitas
UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
CARRERA DE CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN SOCIAL
Una esperanza en la adversidad
Rebeliones indígenas del siglo XVIII
PERFIL DE INBESTIGACIÓN PRESENTADO PARA LA ASIGNATURA DE FORMACIÓN SOCIAL BOLIVIANA.
UNIVERSITARIOS: CHAMBI COOPER JAIME DIEGO
CRESPO MAMANI SAÚL MAGNER
LA PAZ- BOLIVIA
2019
- Introducción
La siguiente monografía es un análisis de la obra de “Las Venas abiertas de América Latina” del autor Eduardo Galeano que busca explicar a través de un análisis los momentos antes del surgimiento de la revolución del siglo XVIII de mestizos e indígenas, tomando los aspectos económicos, políticos y sociales. Estos aspectos son en base a un iteres de parte de este grupo social, en este caso poniendo a los mestizos que tenían un problema de identidad.
La problemática establecida es:
¿Qué factores económicos, políticos y sociales originaron el surgimiento de las rebeliones mestizas e indígenas del siglo XVIII en América Latina?
Y lo que se pretende obtener es los siguientes aspectos:
Objetivo general.- Describir los factores económicos, políticos y sociales originaron el surgimiento de las rebeliones mestizas e indígenas del siglo XVIII en América Latina.
Objetivos específicos
- Señalar a las causas económicas que determinaron las rebeliones en América del siglo XVIII.
- Determinar la situación económica de la sociedad durante la colonia española.
- Analizar los factores políticos determinantes para el inicio de una sublevación en la colonia española.
- Contenido
- La sociedad del siglo XVIII
Las revoluciones mestizas e indígenas de América del siglo XVIII iniciaron debido a que una clase social estaba afectada económica, política y socialmente dentro de la colonia, los criollos y mestizos eran hijos de españoles pero no tenían ciudadanía española, esto los afectó al no tener los mismos privilegios de un español.
La gran mayoría de las sublevaciones locales previas a la sublevación general tenían como exclusiva finalidad liquidar el reparto mercantil. El campesinado indígena utilizó también, como recurso de reclamo, la demanda ante los tribunales. Fuera por la vía legal o de los hechos, el denominador común era que ya no podían soportar esta carga económica (Cajivas, 1781, p. 1223).
La colonia española al tomar a América por la fuerza saqueo y exterminó a gran parte de la población indígena, la sociedad experimento un cambio cualitativo estableciendo nuevas formas de gobierno, organización y distribución de las riquezas. Los españoles cambiaron el sistema de estratificación social, donde el indígena era despojado de todos sus derechos.
La conquista rompió las bases de aquellas civilizaciones. Peores consecuencias que la sangre y el fuego de la guerra tuvo la implantación de una economía minera. Las minas exigían grandes desplazamientos de población y desarticulaban las unidades agrícolas comunitarias; no sólo extinguían vidas innumerables a través del trabajo forzado, sino que, además, indirectamente, abatían el sistema colectivo de cultivos (Galeano 1971, p. 64).
Ahora, desde la llegada de Cristóbal Colón a América en 1942 hasta la primera rebelión registrada en 1780 por el mestizo Tupac Amaru II, pasaron aproximadamente 200 años de explotación y saqueo a los indígenas sin ningún tipo de enfrentamiento o reacción por parte ellos, debido a el poderío militar que se tenia de la corona española. Entonces cual fue el rol elemental de los mestizos para el inicio de las rebeliones del siglo XVIII.
- El rol de los mestizos antes del inicio de la Revolución
En primer lugar, debemos definir que es un mestizo, estos son un tipo de estratificación social impuesta por la colonia a aquellas personas que nacieron de padre español y madre indígena. En principio estas personas no eran aceptadas ni entre los indígenas como entre los españoles, esto se convirtió en uno de los principales problemas de esta parte de la sociedad colonial.
Martínez Estrada parte, en efecto, del "gaucho", que él identifica con el mestizo y cuya palabra y concepto hace derivar del término quechua huacho - "guacho"-, que significa huérfano; es decir, hijo de nadie. De ahí el sentido agónico de su descubrirse: "He aquí la terrible palabra, la palabra proscrita: mestizaje, clave de gran parte de la historia iberoamericana. La tragedia de los pueblos sudamericanos en su cuerpo y en su alma, que pertenecen a dos mundos separados" (Martínez, 2017).
Ahora sabiendo la definición de un mestizo entendemos la falta de identidad existente en cada uno de ellos y al no contar con ella se convierten en una amenaza directa al sistema establecido en la colonia, pues ellos serían los que exigirían el cambio de las normas y leyes en la sociedad. Por otro lado al existir cierto rechazo de indígenas y españoles hacia los mestizos origino una nueva clase social que buscaba ser reconocida e iniciaría lo que ahora conocemos como grito libertario.
En segundo lugar se puede decir que algunos de estos mestizos no buscaban terminar con la esclavitud de los indígenas, solo buscaban tener poder y control de la economía favoreciéndolos directamente a ellos. Un ejemplo claro es la independencia de Bolivia donde los conservadores tomaron el control de la república e incluso ellos fueron estableciendo nuevas normas, leyes y política, estas solo favorecian a ese determinado grupo de personas, mientras la explotación a los indígenas siguió hasta el año 1952 donde se los reconoce como parte de la sociedad y se les devuelve sus tierras.
Hasta la revolución de 1952, que devolvió a los indios bolivianos el pisoteado derecho a la dignidad, los pongos comían las sobras de la comida del perro, a cuyo costado dormían, y se hincaban para dirigir la palabra a cualquier persona de piel blanca. Los indígenas habían sido bestias de carga para llevar a la espalda los equipajes de los conquistadores: las cabalgaduras eran escasas. Pero en nuestros días pueden verse, por todo el altiplano andino, changadores aimaraes y quechuas cargando fardos hasta con los dientes a cambio de un pan duro (Galeano, 1971, p. 68).
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