Las migraciones exteriores en España

Las migraciones exteriores en España a partir de la crisis de 2008 En primer lugar tenemos que partir del propio concepto de saldo migratorio, que hace referencia a la diferencia entre los emigrantes que salen de un país y los inmigrantes que llegan a él. De tal manera que si hay más población emigrante que inmigrante ese país tiene un saldo migratorio negativo, como sucede en este caso en España. A partir del año 2008 España presenta un saldo migratorio negativo, que se va incrementando en los sucesivos años hasta llegar a 2013. El punto de inflexión fue el año 2007, en el que España se ve inmersa en una grave crisis financiera de índole internacional pero que en España se agrava por el estallido de la burbuja inmobiliaria. A partir de entonces se produce un fenómeno inaudito en la historia reciente española, por el que España deja de ser un país de destino fruto de su prosperidad económica y se convierte en un país emisor de población hacia el extranjero producto de la falta de oportunidades para encontrar trabajo. Más de dos millones de personas se han ido de España en los cinco años que van de enero del 2008 a enero de 2013. A la hora de interpretar este fenómeno hay que hacer referencia a dos componentes de la población que emigra de España, la población nacionalizada que retorna a sus lugares de origen o que prueban fortuna en otros destinos. Esta población representa el mayor porcentaje (88%). Este componente de población se dirige fundamentalmente a Ecuador, Argentina y Venezuela. Por otro lado, tenemos a la población española que emigra fundamentalmente por no encontrar un puesto de trabajo en su país, representando al 12% de los emigrantes. Desde el punto de vista cualitativo este porcentaje es muy significativo, pues se trata en su mayoría de jóvenes universitarios, es decir, a diferencia de fases migratorias anteriores cuando los españoles que emigraban eran básicamente mano de obra no cualificada, a partir de 2008 se trata fundamentalmente de jóvenes formados. Desde el punto de vista profesional, la gran mayoría de esta emigración corresponde a personas vinculadas al sector de la sanidad (médicos, enfermeros y fisioterapeutas), así como arquitectos, ingenieros de diferentes ramas e investigadores universitarios en general. En cuanto a los países de destino, la emigración española se ha dirigido fundamentalmente a otros países de la Unión Europea. Al contrario de lo que cabría imaginar, Alemania no es el destino preferido, sino el Reino Unido. Razones de proximidad cultural, geográfica, lingüística, así como de su desarrollo económico son las que parecen determinar la elección de los emigrantes españoles. El mayor conocimiento del inglés por este sector de la población hace que Reino Unido y Estados Unidos estén a la cabeza; del francés como segunda lengua extranjera de mayor implantación en España, así como su mayor proximidad geográfica colocan a Francia en el segundo puesto. Por tanto, este fenómeno refleja que en España como consecuencia de su actual situación económica y niveles de precariedad y temporalidad del mercado laboral, está padeciendo una descapitalización profesional de la que se desconoce todavía su verdadera dimensión e implicaciones para el futuro inmediato de este país

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