Las ultimas gotas de vida

LAS ÚLTIMAS GOTAS DE VIDA.

El rumor de una reforma para privatizar el agua ha sido recurrente durante el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto. El borrador está listo para ser presentado y discutido en el congreso.

Se trata de la iniciativa de ley general de aguas mejor conocida como Ley Pichardo, que fue realizada por el diputado priista José Ignacio Pichardo Lechuga.

El plazo para que la voten vence el próximo 30 de abril del corriente, por lo que la discusión debería estarse realizando en las próximas semanas, pero quizá nos preguntemos, ¿que acaso el agua en México ya es privada?

La privatización del agua en nuestro país existe desde 1984, cuando el ex presidente Miguel de La Madrid realizo una reforma para que CONAGUA tomara la responsabilidad de los mantos acuíferos del país.

Después con Carlos Salinas, en 1992 se aprobó la ley de aguas nacionales con la que se instauro el sistema de concesiones, en el periodo de Fox, en 2004, se realizaron modificaciones a esta ley y por último, la consolidación de la privatización se logró gracias a la reforma energética de Peña Nieto en 2013, la cual permite a las empresas extranjeras venir al país y realizar investigaciones, exploraciones, extracciones y explotación de los hidrocarburos con distintos métodos que requieren de agua.

La ley Pichardo propone entregar el agua a concesionarios a perpetuidad, es decir, que todas las aguas superficiales y ríos de México serán privatizados. Esta ley beneficiara a algunas empresas pero tendrá consecuencias negativas para millones de mexicanos que sufrirán de alzas en las tarifas, cortes discrecionales, y una mala distribución del líquido, además de que atenta contra el 4° artículo de la constitución, que dice;

“el estado garantizara el derecho del acceso y uso equitativo y sustentable del agua, contando con la participación de la ciudadanía en conjunto con la federación para lograrlo”.

Muchas organizaciones civiles se oponen a esta ley, juntando firmas de hasta 90,000 y presentándolas a la cámara, pero desgraciadamente no son tomados en cuenta, en cambio los intereses de las industrias mineras, refresqueras, de acero y de aquellas que se benefician con la privatización del agua, si fueron escuchadas.

En varias ciudades del país, el gobierno ha dicho, que los mantos acuíferos están sobreexplotados y que ya no hay suficiente agua, y es cierto, para los ciudadanos no hay agua pero para las empresas sí.

Dado que el PRI tiene mayoría en el congreso, es muy probable que se apruebe tal y como sucedió con la ley de seguridad interior. Lamentablemente esta ley ha pasado inadvertida, y no es tema de discusión, para la agenda electoral.

Tal y como menciona el Dr. Alfredo Jalife Rahme, en su libro “Las guerras globales del agua. Privatización y Fracking”, el rio panuco está destinado al Fracking para la extracción de los hidrocarburos en la región del norte del país, afectando a comunidades enteras tras la desviación de su curso, todo financiado por empresas extranjeras.

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