Lengua Cultura Y Sociedad
Enviado por pako171819202122 • 2 de Abril de 2013 • 1.244 Palabras (5 Páginas) • 2.918 Visitas
Los usos sociales de la lengua reproducen en el orden simbólico el sistema de las diferencias sociales. Hablar es apropiarse de uno u otro de los estilos expresivos ya constituidos en y para el uso, y oblativamente caracterizados por su posición en una jerarquía de estilos que expresa la jerarquía de los correspondientes grupos sociales.
Pierre Bourdieu2 Nos quejamos de la confusión de lenguas, de la variedad de con-versaciones, porque soñamos con la atención universal, inabarcable para nuestra finitud. Pero la cultura es una conversación cuyo centro no está en ninguna parte. La verdadera cultura universal no es la utópica Aldea Global; es la babélica multitud de aldeas.
Gabriel Zaid3 La educación debe estar siempre al servicio de la diversidad lingüística y cultural, y de las relaciones armoniosas entre las diferentes comunidades lingüísticas del mundo. Declaración Universal de Derechos Lingüísticos, 1996.
1 Amparo Tusón Valls, Análisis de la conversación, Barcelona, Ariel, 1997, pág. 89. 2 Pierre Bourdieu, ¿Que significa hablar? Economía de los intercambios lingüísticos, Madrid, Akal, 1985, pág. 28. 3 Gabriel Zaid, Los demasiados libros, Barcelona, Anagrama, 1996, pág.
3.8. Lengua, cultura y sociedad
Durante las últimas décadas el estructuralismo lingüístico y la lingüística generativa han indagado en los entresijos de la gramática de las lenguas con el fin de analizar cómo se organiza ese objeto formal que es el código de una lengua y cuáles son las reglas que hacen posible la emisión y la comprensión de las oraciones. Sin embargo, y de forma deliberada, olvidaron algo tan obvio como que una lengua no sólo es una tupida red de entresijos gramaticales sino también, y sobre todo, algo que sirve para que las personas hagan algunas cosas con las palabras en diferentes contextos de comunicación. Como señala Graciela Reyes (1990, pág. l4): «Somos lo que hablamos y. nos hablan» De ahí que al aprender a usar una lengua aprendamos no sólo a emitir frases gramaticalmente correctas sino también a saber qué decir a quién, y cuándo, cómo y en qué contextos decirlo (y qué y cuándo callar). O sea, a utilizar esa lengua no sólo de una manera correcta sino también adecuada a las características del contexto interpersonal y social en que tienen lugar los intercambios lingüísticos entre las personas.
Lo dijo hace tiempo alguien tan poco sospechoso de veleidades sociolingüísticas como Roman Jakobson (1963 [1984, pág. 15]) al escribir que «lengua y cultura se implican mutuamente por lo que la lengua debe concebirse como parte integrante de la vida en sociedad», Pese a ello, a menudo se ha olvidado, en la lingüística contemporánea y en las escuelas e institutos, algo tan obvio como que las personas hablan entre sí en los diferentes ámbitos de la vida social y que cuando hablan lo hacen de maneras diferente porque utilizan una u otra variedad lingüística (dialectos, registros, sociolectos, estilos...) usan unas u otras estrategias discursivas y poseen una mayor o menor cantidad de capital lingüístico.
Quizás una de las causas (aunque no la única) de este olvido sea el vértigo epistemológico que produce el estudio de algo tan diverso como el uso lingüístico de las personas en nuestras sociedades. Porque, como acabamos de señalar, no todas las personas usan de la misma manera la lengua en los diferentes contextos del intercambio lingüístico.
Si bien es cierto que, como señalara Roger Bacon hace siglos (1214-1294), «la gramática es, en lo esencial, una y la misma para todas las lenguas», también lo es que el uso lingüístico no es uno e igual para todas las personas sino diverso y desigual. Cualquier lengua es diversa en tanto que es usada, ya que en el uso lingüístico de cada persona intervienen de una manera determinante diferentes factores geográficos, culturales, sociales e individuales. Quizá por ello el uso de la lengua es un espejo
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