Articulacion Educacion Cultura Sociedad

ARTICULACIÓN DE LA EDUCACIÓN, LA SOCIEDAD Y LA CULTURA

La definición del concepto de Educación ha recibido históricamente una serie de connotaciones tan diversas como el hombre mismo; autores cómo Platón, Aristóteles, Tomás de Aquino, Montessori, Dewey, etc. han brindado en distintos momentos de la historia sus definiciones sobre este concepto; para algunos la educación debe centrarse en el individuo, para muchos otros es parte de un proceso conjunto como sociedad. “No hay duda de que la educación surge con las primeras manifestaciones humanas a dos niveles muy concretos: el familiar y el grupo o tribal” (Colom 2001:15) cada una en su momento ha dado una evocación acorde a los tiempos e intereses por conocer.

Etimológicamente cada una de las raíces analizadas aporta también un contexto distinto de la educación; si revisamos la raíz <<educare>> del latín formar, instruir se otorga al concepto la tarea de transmisión, en este caso de conocimientos en un contexto determinado, por lo que podemos identificar la participación de un individuo responsable de educar. Por otro lado si analizamos la raíz <<educeree>> del latín sacar, extraer la figura del educador no es la única responsable, pues compromete al individuo a una interacción sobre la cual se espera desarrolle sus propias capacidades.

Así por ejemplo Locke (1690) otorga un carácter de amplio poder a la educación al afirmar que en las sociedades, sólo ésta hace la diferencia, ya que todos los hombres nacen iguales y con aptitudes iguales; esta idea parte de creer que la educación es un medio infalible para que las comunidades sociales sean mejores y más capaces, encontrando similitudes con la propuesta de Edgar Faure (1968) quien define educación como un proceso cultural en el que el hombre desarrolla virtudes y aptitudes, sin embargo ambos omiten el sentido crítico que plantea Paulo Freire (1967) quien concibe a la educación como un proceso permanente con el único propósito de dotar al individuo de conocimientos suficientes para llegar a ser un ente críticamente consciente de sí mismo, un ente reflexivo y de acción sobre su el mundo para transformarlo; por lo que la educación pasa de ser un fin, a un medio de constante superación del individuo con un carácter liberador e incluso de transformación de masas. Hilda Taba (1962) menciona que la educación es un proceso que no se limita al dominio de los contenidos, abarca incluso el descubrimiento natural del entorno del individuo, por lo que la identificación de los objetivos que persigue la educación es un factor de primordial importancia.

Al parecer históricamente la evolución del concepto ha perseguido entre muchos propósitos uno que prevalece constante y universal, sea cual sea la aplicación del término, la función de la educación se transmite como un fenómeno de impacto social, en el cual existe una adaptación a nivel social de los individuos, hacia los comportamientos y exigencias de sus propios grupos sociales; con el propósito de ejercer cambios en la realidad social.

Sin embargo la educación no se limita a la que se imparte en la dinámica docente-alumno, socialmente la educación va más allá; implica el acto

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